Repaso de la Gloria en la capital

Manuel Castellano ofrece un pregón que recorre las cofradías de Jaén

19 may 2025 / 09:31 H.
Ver comentarios

Tiempo de Gloria, tiempo de alegría en la fe cristiana. Tras la pasión, momento en el que Cristo encumbra la salvación humana en la Semana Santa, llega mayo, el mes mariano, el mes que celebra a la Virgen María.

Jaén, como buena plaza cristiana donde las haya, celebra esta parte del calendario litúrgico con la importancia que se merece, con centenares de celebraciones a lo largo y ancho de la provincia, pero en la capital las cofradías del tiempo de Gloria toman un cariz esencial y relevan a las de Pasión en un sinfín de festejos que llenan el corazón y la fe de todos.

El trigésimo primer pregón del tiempo de Gloria de la ciudad de Jaén fue otorgado el pasado mes de septiembre al facultativo especialista en Medicina Intensiva en el Hospital Universitario de Jaén, Manuel Castellano Hernández, que también es presidente de la Cofradía de la Divina Pastora de Jaén. Más de ocho meses de espera para que, en un abarrotado Teatro Darymelia, por fin pudiese proclamar un emotivo pregón, en el que con gran fervor hizo un recorrido por las cofradías de Gloria de Jaén, celebrando este tiempo propicio para los jiennenses para “llenarse de Gloria”.

Ya entonces, el atril esperaba al pregonero que, con emoción contenida, tomaba las riendas de su misión. Comenzó recitando la oración de San Agustín al Espíritu Santo como motivación “ante la empresa encomendada”.

Castellano siguió así con el principal alegato de su pregón, la Gloria en Jaén. “Gloria que se esparce en nuestra tierra como un rayo de luz maravilloso que despierta nuestra alegría en Cristo por los cuatro puntos cardinales, desde el Puente de la Sierra a la Imora, desde Jabalcuz al Castillo y desde la Alcantarilla a la Loma del Royo. Jaén entera resucita con Cristo, por eso, jienneses, todavía con el aroma del Señor Resucitado por San Ildefonso. Llenémonos de vida, llenémonos de alegría, llenémonos de Gloria”.

La emoción quebró levemente al pregonero cuando se acordó de su familia. Sus padres, su mujer, sus hijos y sus tías fueron los cimientos de su fe y los mejores regalos del cielo.

Continuó así con un repaso de las imágenes de este tiempo litúrgico en la ciudad, empezando con Santa Catalina “patrona y precursora en la fe”. Siguió con la Virgen de la Cabeza, patrona de la Diócesis de Jaén. Patrona y alcaldesa de Jaén, la Virgen de la Capilla hizo presencia en el pregón, “devoción de los hogares, que cada año por mayo nos visita en los rincones del alma”, relató.

Pasó a describir su historia con la Virgen del Rocío, “pastora y reina de las marismas”. Persistió la fe con la Virgen del Carmen, “reina marinera en un mar de olivos”, que el 16 de julio espera a todos los jiennenses.

Cuando el verano toca a su fin, Castellano recordó a la Virgen Blanca , a la del Rosario y, sobre todo, a su Divina Pastora, que lleva en el corazón, momento emotivo en el que se ondeó en las tablas del Darymelia la bandera enseña de su cofradía.

También tuvo tiempo para ensalzar las figuras de Cristo, que también se veneran en este tiempo. Primero lo hizo con el de los Chircales, insignia arriera de la salida de Jaén. Siguió con el de la Asomada, llamado así en referencia su cruz y finalizó con el Señor de los Charcales, el Cristo del Arroz, “un Cristo tan jaenero como el paraje que lo cobija”.

Finalizó con una oda a la tierra en la que nació, después de haber hecho un repaso exhaustivo de su infancia y de su juventud. Su madre, fuente de su fe derivó en su Divina Pastora, “el lugar donde volver en cada instante en cada tiempo de Gloria”. Finalizando así un emotivo pregón que ya forma parte de la historia.

Jaén