Preocupación por el recorte en logopedia en Jaén: “Mi sobrina no duerme sabiendo que apartan a su hijo”
Los afectados denuncian que el contrato de 10 días para otro logopeda es “insuficiente” y exigen alternativas para solventar la situación
Con una indignación difícil de ocultar y una más que palpable preocupación por sus seres queridos. Así se han presentado esta mañana decenas de personas a las puertas del Complejo Hospitalario de Jaén, donde han denunciado el recorte en el servicio de logopeda para los pacientes derivados por el otorrino. “Llevan dos semanas sin prestar este servicio y la situación clama al cielo. Mi sobrina no duerme sabiendo que apartan a su hijo”, lamenta Bartolomé Mateo, familiar y miembro de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Jaén, que ha convocado la concentración.
Según calcula el colectivo, la situación perjudica a unas cincuenta personas en la provincia, la mitad de ellos niños, y sigue la estela “de las políticas de desmantelamiento de la sanidad pública que lleva a cabo la Junta de Andalucía”. Además, denuncian que la solución inmediata de la administración haya sido “el contrato de diez días a otro logopeda”, lo que a su juicio es una vía insuficiente. “Es una situación de locura, los padres y madres están sufriendo mucho”, apunta.
En esta línea, Virginia Sánchez, madre de un menor afectado, clama por una decisión que considera injusta y que perjudica en gran medida a su hijo. “Mi hijo tiene diez años, unas disfonías importantes que le provocan hipertensión vocal y le deriva en problemas de coordinación respiratoria. Nos han cortado las sesiones de electrocoordinación porque no hay personal”, denuncia.
Una experiencia similar vive Dolores Linde, también madre de un niño que necesita estos servicios. “Hay sólo un logopeda para los dos hospitales. El contrato que han hecho es solo de diez días, y a mi hijo tienen que operarle, pero antes de eso tienen que rehabilitarle la función orofacial, y si paramos la primera parte, no llegaremos a la segunda. Nos están frenando”, manifiesta.
También intervino Victoria Cruz, madre de otro pequeño de 3 años que nació con una cardiopatía congénita, lo que hizo que tuvieran que operarle a los ocho días. “La intubación del posoperatorio le paralizó las cuerdas vocales. Empezamos un tratamiento de electroestimulación y la semana pasada la logopeda nos comunicó que no podía seguir atendiéndonos por una prohibición expresa de la dirección”, explica. Ahora, los afectados trabajan para presentar un escrito de reclamación, pero no descartan emprender nuevas acciones hasta que los pacientes puedan volver a recibir este tipo de servicios.