Pilar Gil: “Vivimos en una sociedad con más trabajadores empobrecidos”

La secretaria general de UGT en Jaén defiende la necesidad de “unir fuerzas desde lo público para invertir en el cambio de modelo productivo que propicie más puestos de trabajo que den seguridad”

03 nov 2025 / 09:18 H.
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LA ENTREVISTA

Puede presumir de haber hecho historia con su llegada al más alto cargo de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Jaén. Pilar Gil López (Andújar, 1969) cambia sus responsabilidades como enfermera del Hospital Alto Guadalquivir de su tierra por la Secretaría General de una organización convertida en la primera fuerza sindical de la provincia. Atiende los consejos de su antecesor, Manuel Salazar, escucha a quienes forman parte de su equipo y abona la semilla de un estilo propio que germinará en un mandato en el que promete reivindicación y, sobre todo, diálogo.

—¿Quién es Pilar Gil López?

—Una mujer trabajadora desde hace casi treinta años en el sector sanitario público de Andalucía. Mis comienzos como enfermera fueron en Sevilla y después me vine al Hospital Alto Guadalquivir de Andújar, donde he trabajado veintiséis años.

—¿Cuál ha sido su primera decisión como secretaria general de UGT en Jaén?

—Cuando llegué a este despacho lo primero que hice fue sentarme con mi equipo y, después, mantener reuniones con las federaciones. Creo que es importante el diálogo, escuchar y, en este sentido, lo que intento cada día es trabajar conjuntamente y mantener una línea común.

—¿Con qué consejos se queda de su antecesor en el cargo?

—Manuel Salazar ha hecho un trabajo en estos veinte años importante, hasta dejarlo como primera fuerza sindical, por lo que en ese relevo me dio todo el ánimo y al apoyo que necesito en el comienzo. Me quedo con eso

—¿Es una responsabilidad añadida el hecho de ser mujer?

—Sí, el peso de ser la primera mujer tiene un plus, porque siempre nos cuesta más llegar a los puestos de responsabilidad, tenemos que romper muchos techos de cristal, llevar una carga familiar y, cuando llegamos a esos cargos, se nos exige demostrar más la valía que a los hombres se presupone.

—¿Cómo está el sindicato?

—En una buena posición, porque somos la primera fuerza sindical. Me he encontrado con un equipo que me ayuda mucho y una buena sintonía en las federaciones, con un espíritu de trabajo encaminado a defender a los trabajadores y trabajadoras de esta provincia en todos los sectores.

—¿Hay espíritu sindical en Jaén?

—Yo creo que sí, ahí están los resultados, tenemos representación en casi todos los sectores y empresas y, quizás, lo que sí vemos es una desafección de la juventud y, en este sentido, hay que recuperar su confianza, porque el sindicato es una herramienta para conseguir derechos, ya que desde la individualidad no se puede lograr nada.

—¿Cómo cree usted que se puede enganchar a los jóvenes?

—Hay que hacer pedagogía y explicar lo importante, sobre todo ahora, en los tiempos que vienen, porque dicen los expertos que asistimos a una cuarta revolución industrial y un cambio de modelo a una economía descarbonizada, que conllevará la creación de puestos de trabajo nuevos y la desaparición de otros... Es decir, hay una transición que tiene que ser justa y ahí es importante que los sindicatos estemos para conseguir que no suponga una merma en las condiciones laborales y una pérdida de empleo.

—¿Cuáles son sus principales objetivos en este mandato?

—Uno de los principales objetivos es mantener y fortalecer la representación en todos los sectores y en todas las empresas, porque así podremos negociar convenios colectivos, que es el instrumento que tenemos para distribuir la riqueza que se va generando, para mejorar las condiciones laborales y para que haya una sociedad más justa. Es una herramienta fundamental que tenemos en la acción sindical y una fuente de derecho que digna jurídicamente a los trabajadores frente a la precariedad y la arbitrariedad empresarial. Otra prioridad es lograr una provincia de oportunidades, por lo que hay que luchar por cambiar el modelo productivo y desarrollar la economía, y UGT tiene que ser una herramienta útil en uno de los territorios con más alta tasa de paro, un 38% en menores de 24 años, un trabajo precario e inestable que no da seguridad a la población en general y, en particular, a los jóvenes y a las mujeres.

—¿En qué sectores está más fuerte el sindicato?

—UGT está fuerte en todos los sectores, aunque en servicios públicos tenemos que reforzar el trabajo porque asistimos a una debilidad de la sanidad que nos preocupa mucho. Llevamos meses con manifestaciones contra su deterioro.

“Tenemos una provincia con un gran potencial, con muchos recursos, con talento, pero arrastramos falta de infraestructuras y dependemos demasiado del sector primario, lo que conlleva precariedad”

—¿De verdad es tan preocupante la situación de la sanidad pública como la pintan?

—Los datos son los que hablan. La sanidad pública en Andalucía está mal. Aparte de los profesionales, que están en una situación muy precaria, con contratos temporales que hacen que se vayan de Jaén, sin cubrir bajas, con estructuras mermadas, con sobrecarga de trabajo..., el problema es que se están derivando dinero hacia lo privado, lo que supone una desinversión en lo público que da lugar a problemas como el de los cribados del cáncer de mama, algo gravísimo que es la punta del iceberg de un sistema que estaba deteriorado y ahora se está colapsando.

—¿Cuál es la solución?

—Por lo pronto hay que invertir en lo público, porque hasta el último euro se quedará aquí, ya que cuando se invierte en lo privado hay una parte que va al empresario, que necesita una cuenta de resultados, claro está.

—¿Cuál es la jornada laboral a la que aspira UGT en las negociaciones abiertas?

—La jornada que se estaba proponiendo era de treinta y siete horas y media, pero nosotros vamos hacia la de treinta y dos. Es verdad que llevamos cuarenta años con una jornada de cuarenta horas y, evidentemente, la productividad ha ido creciendo y, sin embargo, ese reparto no ha repercutido en los trabajadores, que es lo que tenemos que conseguir con la reducción.

—¿Cómo ve usted a la clase trabajadora en la provincia?

—Antes, cuando alguien conseguía un trabajo, ya tenía garantizada una vida digna y, sin embargo, ahora vemos gente con trabajo y en una situación de pobreza, porque los sueldos no llegan a la subida de la inflación y no cubren los gastos de la vivienda. Tenemos cada vez más trabajadores empobrecidos, por lo que hay que subir más el Salario Mínimo Interprofesional y el poder adquisitivo a través de los convenios colectivos en las empresas.

—La vivienda contribuye al empobrecimiento. ¿Qué pueden hacer los sindicatos al respecto?

—La vivienda no es sólo un bien inmueble, sino un derecho que viene recogido en la Constitución Española y en la Carta de Derechos Sociales y Humanos. Los poderes públicos tienen que tomar medidas para garantizarlo y en nuestra labor está exigirlo.

—¿Los problemas a los que se enfrenta UGT en Jaén son comunes al resto de Andalucía?

—Aquí tenemos problemas específicos derivados de la idiosincrasia de nuestra tierra. Tenemos una provincia con un gran potencial, con muchos recursos, con talento, pero arrastramos falta de infraestructuras y dependemos demasiado del sector primario, lo que conlleva contratos precarios y temporales y una situación de desventaja con respecto a otros territorios.

“Tenemos gente suficiente para recoger la aceituna en el ámbito rural y hay que poner el foco en la mujer, que se ven apartadas a ña hora de contrataciones y es necesaria una campaña de igualdad”

—¿Cómo se presenta la campaña de aceituna laboralmente?

—Nos dicen que será de un quince por ciento menos con respecto al año pasado, por lo que habrá menos jornales y más incertidumbre en las familias que dependen de este sector. Tenemos gente suficiente para recoger la aceituna en el ámbito rural y hay que poner el foco en la mujer, que se ven apartadas a la hora de las contrataciones, por lo que hago un llamamiento para que esta sea la campaña de la igualdad.

—¿La mecanización cree que puede ser el problema?

—Una mujer puede estar en cualquier puesto de trabajo. Yo creo que es más una cuestión cultural que una limitación física.

—¿Está controlado el flujo migratorio en la campaña?

—Ahora lo que planteamos es que no hace falta hacer un llamamiento para que colaboren inmigrantes en esta campaña, como en otras ocasiones, que tanto ayudan.

—¿Existe conciencia empresarial para garantizar condiciones dignas a los temporeros?

—La mayoría de empresarios sí tienen esa conciencia y ofrecen trabajos dignos y remunerados, pero sí habrá algunos que se aprovechen de la necesidad. Nosotros eso no lo vamos a permitir.

—¿Hacen falta más inspecciones en el campo?

—Sí, es necesario reforzar la inspección de trabajo, pero no sólo en el campo, sino también por la alta siniestralidad laboral que tenemos en Jaén. Hacen falta más recursos para evitar una de las tasas más altas en Andalucía, a pesar de que tenemos más paro. Hay que pedir corresponsabilidad empresarial, porque invertir en prevención es invertir en la sostenibilidad de las empresas, que de alguna manera las mantienen los trabajadores. No se puede ir a trabajar jugándose la vida.

—¿Cuál es el remedio para que Jaén abandone el lugar que ocupa en la lista del paro?

—Hay que hacer una apuesta importante tanto en políticas activas de trabajo como en planes de empleo juveniles, además de infraestructuras, medidas que cambien el modelo productivo... Así nos beneficiamos todos.

“Pido corresponsabilidad empresarial, porque invertir en prevención es invertir en la sostenibilidad de las empresas, que las mantienen los trabajadores y no se pueden jugar la vida”

—¿Cree usted en el Cetedex?

—Lo poco que llega a Jaén es bienvenido, el problema es que yo soy más ambiciosa, sobre todo después de la escasez histórica.

—¿Cómo ve el tejido empresarial jiennense?

—Llevo unas semanas y todavía no he tenido contacto con las empresas, pero en principio la visión que tengo es la de un tejido poco productivo, en el que falta el valor añadido de la inversión y la innovación.

—¿Por qué se manifiestan los empleados de la Administración?

—Tenemos dos conflictos. El primero, con el Gobierno de España, con una Mesa de Función Pública que está bloqueada, no dan solución, una actitud de parálisis que hace que estén congelados los salarios de más de tres mil trabajadores de la Administración, que no se lleven a cabo los procesos de estabilización y que siga el envejecimiento de la plantilla, porque la tasa de reposición no llega a cubrir el número de empleados que se jubilan. Es una merma de derechos y condiciones laborales del trabajador y de la prestación del servicio público. El segundo, con la Junta de Andalucía, que está incumpliendo los acuerdos firmados en una mesa.

—¿Confía en la Ley de Participación Institucional?

—Es algo positivo, que fomentará el diálogo social como una herramienta para mejorar la cohesión social y el desarrollo económico. Lo que se busca con esta ley es dar más protagonismo a los agentes sociales, tanto a la gestión política como en la legislación, aparte de que tiene su amparo en la Constitución Española y en el Estatuto de Autonomía. Es una forma de mejorar la calidad de la democracia, la gobernanza, la Administración y las condiciones de vida de las personas.

—¿Cómo están las relaciones con las administraciones?

—Muy buenas en general, con todas las administraciones y a todos los niveles, además de que estamos abiertos al diálogo y al entendimiento, aunque seremos reivindicativos y exigentes cuando la situación lo requiera.

—¿Y con el resto de sindicatos?

—Las relaciones son de respeto, de coordinación y, aunque cada uno tiene su identidad y sus estrategias, sí compartimos la defensa de los derechos de la clase trabajadora. Cuando unimos las fuerzas logramos mejorar y avanzar.

—¿Cuál quiere que sea su impronta en UGT?

—Quiero que sea la de una persona cercana, que escucha y que trabaja mucho por los jiennenses.

—¿Qué visión tiene de Jaén?

—Creo que la provincia tiene mucho potencial, muchos recursos, una gran riqueza cultural, histórica y de naturaleza, pero nos faltan inversiones para crecer y convertirnos en una tierra de oportunidades.

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