Los surtidores autónomos sufren para abastecer a la ciudadanía
El repostaje estuvo marcado por la prioridad dada a los Cuerpos de Seguridad

Entre todo el caos generado en la tarde de ayer, uno de los puntos calientes estaba en las gasolineras. A priori, nadie pensó que podría ser uno de los comercios afectados por el gran apagón. Pero lo cierto es que desde primera hora, es decir, desde las 12:30, porque parece que el día comenzó a esa hora, los surtidores de combustible comenzaron a verse sorprendidos por la gran afluencia de ciudadanos que acudieron, informa Pablo Espinosa Luna
Claro está que no todos pudieron dar servicio, pues solo los que dispusieron de grupos autónomos de energía, ya fueran electrógenos o por combustión, pudieron abastecer la creciente demanda que se avecinaba durante toda la tarde. Dejaron claro los responsables, desde el primer aviso, que la prioridad era dar suministro a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, así como a los servicios sanitarios que lo requiriesen.
“No puedo asegurar hasta cuándo vamos a poder dar servicio, porque el tanque de diesel da para lo que da”, comentó un trabajador de la gasolinera que prefirió quedar en el anonimato.
Desde las 18:00 horas de la tarde, las colas se fueron formando en los alrededores de las gasolineras operativas. Crecieron exponencialmente con el paso de los minutos, y en las últimas horas de la tarde el colapso era casi total. Cierto es que primó la autogestión y la cordialidad entre conductores. Hay que mencionar el gran gesto que tuvieron los trabajadores de una gran superficie cercana, quienes llevaron agua embotellada a la turba de conductores. Pese al viento fresco que soplaba de vez en cuando, los rayos de sol percutían con fuerza, haciendo que el bochorno se acumulase dentro de las cabinas de los automóviles, por ello un sorbo del elemento líquido hizo pasar el mal trago.
Ya por la noche, una de las patrullas de la Policía Nacional que rondaban los alrededores, estacionó dentro del recinto del surtidor. El gesto pretendía preservar la calma y disuadir a cualquier malhechor de cometer algún acto de vandalismo. “Estamos en compás de espera, esperando órdenes para proceder”, comentó el agente mientras resoplaba.