La música de Nuestro Padre Jesús conquista la Ciudad Eterna

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Roma vivió este fin de semana una de esas escenas que quedan grabadas para siempre en la memoria cofrade. La imponente imagen del Cachorro de Sevilla cruzó las calles de la Ciudad Eterna durante la gran procesión del Jubileo de las Cofradías, en un acontecimiento sin precedentes que reunió a miles de personas frente a la belleza, la emoción y la fe.

Pero fue aún más especial para quienes llevan a Jaén en el corazón. Porque en mitad de aquella estampa histórica, resonaron los acordes de “Nuestro Padre Jesús”, la marcha del maestro Emilio Cebrián, dedicada al Abuelo. La música jiennense acompañó al Señor sevillano bajo el cielo romano, en una fusión simbólica y emotiva de dos devociones que atraviesan generaciones.