La medicina y las matemáticas en la Jaén andalusí
Indalecio Lozano y Khader Abu-Helail Jadallah protagonizan las dos conferencias de la penúltima jornada del ciclo “Abderramán II y la capitalidad de Jaen (825-2025)
El Ciclo de Conferencias “Abderramán II y la capitalidad de Jaén (825-2025)”, unas jornadas de diez ponencias que se llevan a cabo todos los miércoles hasta el 5 de noviembre —excepto el pasado 15 de octubre— que forman parte de la programación de actividades con las que se conmemora el 1200 aniversario de la capitalidad de Jaén. Una vez más, la antigua Escuela de Magisterio penúltimo encuentro. La primera de las dos ponencias abordó la medicina. Una época como la de Al-Ándalus fue muy prolífica, por encima de muchas disciplinas, de la medicina. Los grandes médicos de aquel periodo histórico se encontraban en Córdoba, capital del Califato y considerada como la capital del mundo. De ahí que la ciudad cordobesa fuera referencia máxima en esta ciencia, y además sirvió para que ese conocimiento se expandiera rápidamente, como sucedió en la cora de Yayyan, la Jaén andalusí. Así lo subrayó el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos del departamento de Estudios Semíticos de la Universidad de Granada, el doctor Indalecio Lozano Cámara. Aunque, a pesar de esa gran influencia de Córdoba, Lozano subrayó en primer lugar que en Yayyan hubo nombres “pocos conocidos” y además, “nada se conoce de la práctica medicinal en Jaén. Pese a ello, el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos mostró una idea aproximada de lo que pudo ser la ciudad andalusí de Yayyan, primero, a través de los tres tipos de mecina que se practicaban en aquel entonces: monástica, profética e islámica.
De la primera, Lozano subrayó que fue la dominante hasta el siglo X porque, como explicó, los bereberes fueron el grupo étnico dominante y se caracterizaron por ser dominadores del arte de la guerra: “Por tanto, no tenían muchos eruditos o médicos, de ahí que se practicaran en los monasterios y lo hicieran médicos monjes o mozárabes”. De la profética detalló que, “aunque no siguiera ninguna razón científica”, el catedrático insistió en que esos rituales, amuletos u otro tipo de remedios curativos eran “dictados por el profeta”, de ahí que se llevaran a cabo. Y por último, de la islámica, suponía a partir del siglo la asimilación y el enriquecimiento de la teoría médica de Galeno: “Era una medicina racional y ‘científica’”. Lozano subrayó la importancia de los cuatro elementos con fuego, tierra, agua y aire, como base de las cuatro cualidades: calor, frío, humedad y sequedad.
Y en esta rama galénica resaltaron los grandes médicos andalusíes de Yayyan, siendo el más importante de Hasday Ben Saprut, médico judío en Al-Ándalus. Como detalló Lozano, llegó a ser consejero privado, médico personal y embajador de Abderramán III. Además, estudió y mejoró la traducción árabe de la “Materia Médica” de Dioscórides.
El catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Granada también resaltó el papel que tuvo el cirujano Abū ‘l Qāsim Khalaf ibn ‘Abbās al-Zahrāw, cuyo nombre latinizado fue Abulcasis: “Ese hecho indica la trascendencia que tuvo posteriormente en el campo de la cirugía”. Lozano expuso varios ejemplos de material para la cirugía de Abulcasis, hasta el punto de que fue inventor de un espéculo vaginal y un fórceps obstétrico, que fue el precursor del que inventó Peter Chamberlein en 1673. Sin ninguna duda, Al-Ándalus y, en concreto, Yayyan tuvieron mucho que decir en el campo de la medicina.
Por otro lado, el profesor contratado doctor de Didáctica de la Matemática, que forma para del departamento Didáctica de las Ciencias de la Universidad de Granada, Khader Abu-Helail Jadallah, habló sobre las matemáticas. Desgranó, con mucho orden y criterio, la figura del matemático jiennense, desde su nacimiento y orígenes hasta todo su legado en forma de estudios y publicaciones, cuyo impacto se ha postergado por los siglos hasta la actualidad. El profesor contratado doctor recordó, en primer lugar, que Al-Jayyani hizo el primer tratado de trigonometría esférica, publicación que “influyó en matemáticos europeos”, como fue el caso de Regiomontamus.
Al-Jayyani tuvo una fuerte trascendencia en la astronomía y así se puede comprobar en su “Epístola sobre la proyección de Rayos”. Abu-Helail también recordó que el matemático jiennense hizo las “Tablas de Jaén”, en las que aparecería la hora del día, el calendario, las fases lunares y eclipses, realizadas considerando como referencia el meridiano que pasaba por la entonces Yayyan: “Calculó la longitud geográfica de la ciudad de Jaén”. También describió el eclipse solar visible en Al-Ándalus que tuvo lugar el primer lunes de julio de 1079, además de calcular la altura aproximada de la atmósfera, que la fijó en 84 kilómetros: “Es una cifra parecida a la calculada actualmente”. Como conclusión, Abu-Helail incidió en que el impacto de Al-Jayyani supuso “una conexión entre Jaén y Europa a través de las traducciones latinas” y, también, la influencia potente que tuvo en la trigonometría del Renacimiento. Un antes y un después en dos campos de la ciencia relevantes, y con sello en Jaén.