Jesús Cózar: “Defender el olivar tradicional es sostener la vida en los pueblos”
El secretario general de UPA Andalucía y de Jaén no descarta salir a la calle ante los recortes de Europa por la PAC, pero pide negociar

LA ENTREVISTA
Fue elegido secretario general de UPA Andalucía en abril y de UPA Jaén en junio. Coge el testigo en la organización agraria que más asociados tiene en la provincia y lo hace con un marcado sentido de la responsabilidad y, en la línea de su predecesor, el alcalaíno Cristóbal Cano, se considera un firme defensor de la agricultura y la ganadería familiar. No cree que los aranceles del 30% anunciados por Donald Trump se traduzcan en un cambio drástico para el aceite de oliva en el mercado estadounidense. De hecho, asegura que el consumidor norteamericano tiene un alto grado de concienciación en cuanto a la calidad del aceite de oliva y sus beneficios para la salud. Sin embargo, anima al sector a emprender la búsqueda de nuevos mercados en Asia y valora la oportunidad que supondrá un acuerdo como Mercosur.
—La actualidad manda. ¿Cómo afectará el reajuste presupuestario de la Comisión Europea a los pequeños agricultores y ganaderos de Jaén y Andalucía?
—El recorte supera el 20% del presupuesto, pero a día de hoy es una propuesta y aún queda partido por jugar. Lo bueno es que tanto las administraciones públicas como las organizaciones agrarias estamos al unísono, por lo que mejorar, mejoraremos seguro.
—¿Y si se confirma el escenario?
—Lógicamente, conllevará que muchas de las explotaciones que son viables solo y exclusivamente gracias al beneficio que tienen por la ayuda de la PAC (Política Agraria Común) dejen de serlo. Los costes de producción están disparados, igual que los precios... Si se confirma la pérdida del 20%, muchas explotaciones jiennenses se quedarán en el tintero.
—¿El olivar resultaría uno de los grandes perjudicados?
—Por supuesto que sí. Andalucía es la región de España y Europa que más dinero recibe de la PAC, y concretamente Jaén y su olivar, por lo que será el cultivo más perjudicado por los recortes.
—¿Qué medidas pone UPA encima de la mesa para mitigar la pérdida de fondos?
—Que la PAC sea mucho más fuerte y con más presupuesto del que tiene en el marco actual. En lugar de recortar el presupuesto un 20%, debería aumentar. ¿Para qué? Para que el sector primario continúe como primordial y esencial. En épocas malas, como la pandemia de la covid-19 o momentos de incertidumbre política, de lo que no podemos prescindir es de comer, por lo que Europa tiene que defender su seguridad alimentaria, y no frente a conflictos bélicos, que también, pero garantizar la sustentabilidad de todos los ciudadanos es algo básico.
—¿Descarta convocar protestas? ¿Son la última opción?
—No. UPA fue la primera organización agraria en manifestarse en la puerta de las oficinas de la Comisión Europea en Madrid y lo hizo antes, incluso, de conocer la noticia. No descartamos nada y, una vez que pase el verano, seguro que habrá más de una movilización y alguna será contundente.
—¿Hay alguna anomalía a subsanar en el reparto de las ayudas asociadas a la PAC?
—En el marco actual hay avances que UPA reclamaba. Uno es el techo de ayuda, que se sitúa en los 200.000 euros. Queremos que baje y que no haya expedientes que cobren más de 60.000. También estamos a favor de que haya una degresividad de las ayudas y mucho más presupuesto para el concepto complementario de ayuda redistributiva que, en definitiva, va a las primeras hectáreas y que, precisamente, sale de eso, de lo que los grandes perceptores dejan de percibir. Apostamos por la ayuda asociada al olivar con especial dificultad, al tradicional, que fue un logro de este marco presupuestario de la PAC, pero que queremos que en el próximo mejore. En cuanto a los ecorregímenes, debe ser un aspecto a priorizar con mejoras que faciliten que los agricultores cumplan con esa línea de ayuda. En la provincia jiennense, el número de explotaciones que pide la ayuda del ecorrégimen de cubiertas vegetales está por encima del 90%.
—¿Qué impacto espera que tengan los aranceles del 30% impuestos por Estados Unidos?
—Si tenemos en cuenta el recorrido de los aranceles, lo que diga Donald Trump hay que cogerlo con pinzas porque cada mañana que se levanta cambia de criterio. Hay que estar preparados y trabajar. El aceite de oliva es un producto que puede ganar en muchos mercados aparte del americano, pero eso no quiere decir que lo debamos dejar de lado.
—¿Cómo responderán los consumidores norteamericanos?
—Realmente es un mercado que valora mucho la calidad del aceite de oliva virgen extra que se produce en la provincia de Jaén. De hecho, a pesar de los precios desorbitados, en Estados Unidos creció mucho el consumo y no importaba pagar 12 dólares por un litro porque saben que el aceite de oliva tiene muchos beneficios para la salud, como así lo demuestran cada vez más estudios científicos.
—¿Qué otros mercados internacionales debe explorar el aceite?
—Mercados asiáticos, por ejemplo... Corea del Sur, mejorar el japonés, entrar en China, Indonesia, India... Y, sobre todo, aprovechar el acuerdo Mercosur, que es una oportunidad muy importante. En Brasil creció el consumo de aceite de oliva y todavía hay margen de mejora, igual que en Uruguay, Paraguay y Argentina.
—Sus compañeros le confían la Secretaría General de UPA en Jaén y Andalucía. ¿Qué puede decir del apoyo recibido?
—Estoy súper agradecido de que, en el undécimo Congreso Provincial de UPA en Jaén, los delegados que participaron me dieran un respaldo del 100% para ser secretario general. Lo asumo con mucha humildad y responsabilidad, y espero estar a la altura de todos ellos. Sé el esfuerzo que hay detrás de cada uno porque soy un agricultor más que tiene una pequeña explotación de olivar en la Sierra de Segura e intentaremos fomentar la unión de los pequeños agricultores y ganaderos.
—Veo que seguirá la línea de defender la agricultura familiar.
—Es la que sienta la población en los pueblos y es la que hace que la rueda económica de los municipios ruede. Por lo tanto, ahí estaremos, en esa defensa y, sobre todo, en la del olivar tradicional, que es primordial y lo que hace que todo tenga sentido en la provincia de Jaén, que a pesar de que sufre despoblación, no es un fenómeno tan acusado como en otras zonas de España, e incluso de Europa, donde los sistemas agrarios que hay son explotaciones mucho más grandes y en las que los cultivos son intensivos o superintensivos, y ojo con esto, que el olivar tradicional es perfectamente compatible con el superintensivo. Si queremos tener vida en los pueblos y que Jaén sea la provincia que es, hay que defender el olivar tradicional.
—¿Siente más responsabilidad al representar en UPA a la provincia con más afiliados?
—La provincia de Jaén es donde más afiliados de UPA hay de toda España. Eso provocó que llegáramos a la Secretaría General de Andalucía y a la federal, pero eso no quita que trabajemos con otras provincias y municipios de Andalucía y España. UPA es una organización democrática y participativa.
—¿Por qué es positivo contar con el jiennense Cristóbal Cano al frente de la federal de UPA?
—Nadie como Cristóbal, que se ha pateado la provincia en estos últimos años, para llevar la voz y la realidad del sector primario jiennense allá donde lo lleva. Él tiene la oportunidad de sentarse en mesas de interlocución en el Ministerio, gobiernos europeos...
—¿Qué le parece la Ley de Agricultura Familiar que anunció el ministro, precisamente, en el Congreso Federal de UPA?
—Está en fase de borrador, de proyecto de orden... Es una herramienta indispensable para el futuro de las explotaciones de agricultura y ganadería familiar, que son mayoritarias. Más del 85% de los alimentos que se producen en España tienen este origen. No defendemos el modelo porque nos venga una luz del cielo, sino porque es la que más arraigo tiene en el territorio. Además, hay otras regiones, como Castilla-La Mancha y Aragón que tienen su propia Ley de Agricultura Familiar, por lo que la Junta de Andalucía puede implementarla.
—¿Cómo funciona esta ley en Aragón y Castilla-La Mancha?
—Hay que tener en cuenta que, en Aragón, precisamente, el actual Gobierno tuvo que pactar con la ultraderecha y eliminaron la ley. En Castilla-La Mancha sigue en vigor y, a parte de en las ayudas directas, en la concurrencia competitiva de las convocatorias del Gobierno de la comunidad autónoma, las explotaciones familiares tienen preferencia o más puntos.
—Casi todos los políticos hablan de convivencia del olivar con las plantas fotovoltaicas. ¿Cuál es la postura de UPA al respecto?
—Es compatible mientras que haya terreno o superficie no fértil, incluso industriales que están vacías y no se utilizan. Creemos que esas plantas de energía limpia se construyan ahí y no en terrenos fértiles, donde hay olivares en producción, algunos centenarios, e incluso sin estar a favor el titular de la explotación. UPA está totalmente en frente, en contra de que quiten hectáreas productivas en favor de la energía renovable. Eso no significa estar en contra de la energía limpia, al contrario, es uno de los aspectos en los que hay que apostar
—La Junta de Andalucía habla de una veintena de proyectos para plantas de biogás en la región. ¿Qué información tiene?
—Ahora mismo, poca. Realmente, solo conocemos el anuncio de algunas plantas de biometano y otras fuentes para obtener energía, como el hidrógeno. Espero que se ejecute para obtener energía limpia porque creo que ese paso se debería haber dado el paso hace ya bastante tiempo. Por supuesto, no debe acarrear problemas para las explotaciones agrícolas y ganaderas de Jaén.
—Sobre la próxima campaña, ¿aún es pronto para augurar una buena o mala cosecha? ¿De qué va a depender?
—La situación del olivar de la provincia no es mala, pero tampoco tan buena como defiende cierta parte del sector en los últimos meses. Lo que puedo garantizar a día de hoy es que no habrá una gran cosecha, y si no la hay en Jaén, no la habrá en Andalucía ni en España porque generamos prácticamente el 50% de la producción nacional. Con los aforos que hace UPA “a priori” en las distintas comarcas, observamos que puede haber una cosecha parecida a la de la campaña anterior, es decir, una cosecha media. Esa es la previsión, pero hay que esperar a los aforos definitivos que publican las administraciones públicas en septiembre u octubre. Entonces tendremos más detalles de cómo será la próxima campaña en Jaén.
—¿Qué análisis hace del precio? ¿En qué horquilla debe estar para garantizar rentabilidad y no ser un artículo de lujo?
—Todo el olivar de la provincia no lo pasa igual en cuanto al precio. Hay olivares intensivos, y superintensivos sobre todo, donde los números salen tal y como está el precio a día de hoy. Por lo tanto, donde hay que poner el foco de la mala situación de precios es en el olivar tradicional porque, a tres euros y pico el litro, no costea los gastos de producción, que están asegurados en la horquilla de los 4,75 o 5. No se entiende la situación cuando el ritmo de salidas supera el 80% de lo recogido durante la pasada campaña, cuando vemos que los consumidores apuestan por el aceite de oliva y cuando el enlace que tendremos será muy, muy, muy corto, incluso puede que nulo. Al sumarlo todo, no se entiende por qué los precios rondan todavía los tres euros cuando, realmente, debería estar por encima de los cuatro e incluso más. En UPA no solo echamos culpa fuera del sector, sino que somos autocríticos en ese sentido, por lo que hacemos un llamamiento a los responsables de cooperativas y almazaras que venden el aceite y les decimos que hay que tener una posición dominante y que, tal y como está el mercado, no hay que vender al mejor postor.
—¿Un mensaje para terminar?
—Traslado un mensaje de optimismo a todos los olivareros, agricultores y ganaderos. Es cierto que son muchos los retos y problemas a los que nos enfrentamos todos los días, pero en UPA tenemos claro que hay que defender al más débil, a los propietarios de esas explotaciones de agricultura y ganadería familiar, que son muy importantes y que colocan a la provincia de Jaén como referente del mundo rural en cuando a la vida en los pueblos y la forma de vivir.