Jaén honra la memoria del Papa
El obispo, Sebastián Chico, celebra la misa funeral ante una Catedral abarrotada

Fueron llegando los fieles poco a poco a las puertas de la Catedral de Jaén. Con una puntualidad alemana, comenzaron a llenar las naves del templo y a tomar asiento. Cientos de personas se congregaron para dar el último adiós desde este rincón de Andalucía a Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco. El funeral por el alma del Pontífice estuvo previsto para el lunes 28, pero las consecuencias del nefasto apagón frustraron la ceremonia posponiéndola para ayer tarde a las 20:00 horas. Frente al altar mayor se reservaron los bancos para las autoridades. Variada representación institucional, a todos los niveles: local, provincial, autonómico y estatal. No quisieron faltar tampoco a la convocatoria dirigentes militares y académicos, y, sobre todo, no quisieron perdérselo los feligreses de la Diócesis de Jaén, informa Pablo EspInosa Luna.
Junto a una más de treinta sacerdotes, el funeral diocesano fue oficiado, como no podía ser de otro modo, por el obispo, Sebastián Chico Martínez. También se unieron al rito diáconos permanentes y seminaristas. Acompañando la ceremonia estuvo el Orfeón Santo Reino, quién acompañó musicalmente los rezos por el ánima del Santo Padre.
Chico Martínez quiso recordar la figura del Papa Francisco como un hombre cercano, desde el cariño que le procesaba, pues sin ir más lejos, el mismo recordó que fue nombrado para dirigir el rebaño jiennense por el propio Papa. Homenajeó su legado, rememorando su lucha por los pobres, los débiles, los migrantes o los presos. Son solo una muestra de las prioridades que tuvo Bergoglio en sus trece años de pontificado.
Con el pecho henchido, el obispo jiennense recordó que Francisco fue un hombre que “caminó delante, al lado y detrás de su rebaño, con una sonrisa, una palabra profética y el Evangelio siempre en los labios y en su corazón”. Prosiguió el Prelado del Santo Reino recordando que desde el primer minuto, el Santo Padre mostró el que “el verdadero poder es servir, y sirvió sin descanso: enfermo, anciano, débil, pero lleno de Espíritu Santo”. Tras la celebración de la eucaristía, Monseñor Chico Martínez se dirigió a los representantes políticos que se acomodaron frente a él. Agradeció su presencia, así como la del resto de los representantes de la sociedad civil y militar. También tuvo palabras para todos los fieles que asistieron a la despedida, incluidos los que siguieron la ceremonia por las redes sociales. Recordó, el obispo, que ya solo quedaba esperar para conocer el nombre del representante número 267 de San Pedro.