Héroes anónimos que con su esfuerzo vencerán al virus

El jiennense Antonio Plaza trabaja como jefe de maquinista en Atocha, Madrid

01 abr 2020 / 12:29 H.
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Héroes de la velocidad. Mucho se habla estos días del personal sanitario y su lucha para vencer la pandemia provocada por el Covid-19, de esos valientes con bata. Pero, tras los que están en la primera línea, se encuentran otros que acuden a sus puestos de trabajo de forma diaria para que la vida “no se paralice del todo”. Es el caso de Antonio Plaza, nacido en el Donadío, una pedanía de Úbeda. Jefe de Maquinista de AVE de Renfe, el cargo más alto que se puede ostentar dentro de esta área, ha vivido muy de cerca el devenir de esta crisis nacional, pues ha seguido prestando sus servicios, especialmente desde Madrid a Sevilla y Málaga, los principales recorridos de los que se encarga el jiennense. “Hemos viajado con trenes con muy pocos viajeros y con la necesidad de autorización de la empresa en la que se espetaba que cumplimos con los servicios básico”, apunta.

Esto se debe a las medidas que se han tomado desde que se estableciera la alerta con reducción en la frecuencia de trenes, solo van dos a Málaga y otros dos a Sevilla, al resto (Almería, Cádiz, Granada), uno. Además, solo se venden el 30 por ciento de la capacidad y la distribución también ha cambiado, los usuarios mantienen las distancias de seguridad, incluso cuando van en grupo. “Esto ha provocado que se note mucho el descenso de viajeros, tras los primeros días de huida, especialmente de estudiantes que querían volver a casa, ahora hay trenes que pueden llevar diez o quince personas, cuando lo normal es que sean 400, son personas que realmente necesitan desplazarse”, considera. También se han adaptado los horarios al personal sanitario. A la hora de prestar sus servicios, ellos también van protegidos, pues la empresa les ha facilitado guantes, mascarillas y geles y la cabina de conducción se desinfecta en cada cambio de conductor.

En cuanto al ambiente, lo describe enrarecido: “La verdad es que estar en Atocha, una estación tan impresionante y con tanto tráfico y de repente ver andenes vacíos es muy chocante, pero se asume como algo necesario y te alegra ver que todo el mundo se queda en casa”. En su experiencia como testigo de la realidad en la que está sumida una ciudad como Madrid, asegura que nota a los ciudadanos “con mucha incertidumbre y preocupación lo que los lleva a los medios de comunicación, pero también hasta las redes sociales, donde cunde la desinformación”. Eso sí, cree que los madrileños están cumpliendo bien con las medidas de seguridad, incluso por iniciativa propia. De entre todas las vivencias, algunas amargas como el fallecimiento de compañeros de profesión, pero se queda con las muestras de solidaridad como la que le provoca lágrimas: “Observé a un joven con mucho equipaje que me preguntó por el metro y me extraño, pero me comentó que era médico, de Cádiz, que se había ofrecido para trabajar porque no podía estar en casa sin ayudar en donde más se necesita”.

Jaén