El “relato” del olivar tradicional

La Unión de Pequeños Agricultores y Migasa asisten a un encuentro para abordar los retos del cultivo milenario

13 feb 2025 / 10:41 H.
Ver comentarios

“Distinción, valor añadido y “relato”. Estas fueron las tres palabras que más se escucharon en la jornada “Cómo vender nuestro olivar tradicional”, organizada por el grupo Migasa en el Hotel HO Ciudad de Jaén. Por sus tres mesas redondas desfilaron distintas personalidades del sector a nivel andaluz, y todas coincidieron en señalar que el aceite de oliva que se produce en Jaén debe aprender a venderse mejor.

El primero en abrir boca fue Antonio Gallego, director general de Migasa, quien no tardó en aludir al proyecto común que le une con el actual secretario general de la UPA en Andalucía y Jaén, Cristóbal Cano. “Hace cinco años, Cristóbal y yo nos preguntamos qué hacer para distinguir el aceite que proviene del olivar tradicional”, comenzó diciendo. “¿Por qué no hacemos un sello que lo acredite?”, añadió. Ocurrió en mitad de la pandemia de la covid-19, pero pusieron “las bases” para “mostrar al consumidor un producto especial” que “tenía que provenir del olivar tradicional”. Así, poco después se lanzaron las primeras botellas al público que contenían el sello olivar tradicional. “Hoy este producto se vende en más de cuarenta países”, concluyó.

Antonio estaba decidido a que cada uno de los pequeños agricultores y empresarios que habían acudido a la cita –no quedó una silla libre– salieran del acto “no sólo orgullosos, sino convencidos de que el aceite proveniente del olivar tradicional se puede vender más y mejor” que el que se produce mediante el cultivo super intensivo. Algo que, según sus propias palabras, “ya se ha demostrado”.

un Relato. Sin embargo, sí surgieron dudas y se hicieron preguntas tras la charla. ¿Se logrará convencer al consumidor de pagar más por el producto? ¿Se trata de un sello exclusivo de la provincia de Jaén? ¿Qué condiciones ha de tener un cultivo para obtenerlo?

La primera de las preguntas, en realidad, ya estaba respondida, pero Lucía Serrano, Presidenta de Infaoliva, se ocupó de explicarlo. “Hay que dar a conocer al consumidor un relato”, dijo. “Una historia”. “Que sepa que ese líquido se obtiene de un tipo de olivo que es una forma de vida para la familia que lo cultiva”. Además, “tenemos que reflejar el trabajo que hay detrás”. En su experiencia, añadió, Lucía ha aprendido que lo que busca el consumidor es “la exclusividad”. “Lo que debemos hacer es no tirar el precio de nuestro envasado”, continuó defendiendo. “Si el vecino lo tiene a veinticuatro, yo debo ponerlo a veinticinco”.

Cristóbal Cano, de la UPA, afirmó que en la actualidad el olivar tradicional debe “coexistir” con otras formas de cultivo. “En veinte años esto ha cambiado mucho”, sostuvo, “y más que va a cambiar”. Jaén no puede, a su parecer, “cometer los mismos errores que esta provincia arrastra de toda la vida en este sector”. Debemos “vender nuestro aceite”, y no “que vengan a comprarlo al precio que nos impongan”.

Los vientos del mercado son favorables porque hay “estudios”, dijo, “que demuestran que existe un segmento de consumidores cada vez más amplio que quieren saber qué hay detrás de lo que consumen”. El consultor agroalimentario Juan Vilar, que moderó las mesas, afirmó que el sello olivar tradicional es libre y está abierto “a todo el mundo”, no sólo a Jaén. No obstante, señaló que los cultivos de esta provincia “cumplen todos los requisitos para adquirirlo”.

Jaén