El comercio de barrio resiste al verano con ofertas y horarios reducidos
Los establecimientos jiennenses toman medidas para atraer clientela durante la época estival

El verano llega con fuerza, y con él, las altas temperaturas y la marcha de muchos vecinos hacia otras zonas. Una época que trae consigo una caída generalizada en la actividad del comercio local. El tiempo, que durante varias jornadas alcanza los 40 grados, unido al continuo desplazamiento de buena parte de la población fuera de la ciudad, deja semanas de escaso movimiento en las tiendas y en los establecimientos locales. En el Gran Eje o en el Centro Comercial Abierto Las Palmeras, unos de los principales ejes comerciales de la capital, los comerciantes locales notan ya los efectos de la temporada estival. En el centro, la combinación del calor sofocante, la escasez de sombra y la limitada oferta de aparcamiento hacen cada vez más difícil atraer al público. En zonas como el Gran Eje, la situación tampoco es muy distinta: “En verano siempre hay una disminución de los clientes habituales. Mucha gente se marcha de vacaciones o se traslada a otras zonas de la ciudad, y eso se nota mucho en las tiendas de barrio”, explican desde un pequeño comercio ubicado en el Gran Eje.
La consecuencia directa de este escenario es clara: menos movimiento en las tiendas, especialmente durante las horas centrales del día. “Lo que es evidente es que el horario de compra cambia totalmente. La gente suele venir a primera hora de la mañana o a última de la tarde, cuando el calor afloja un poco. A la una del mediodía o a las seis de la tarde, las calles están completamente vacías”, señalan desde un establecimiento de alimentación del Gran Eje. Ante esta situación, muchos comerciantes se replantean abrir sólo por las mañanas durante todo el mes de agosto, una medida que algunos aplican desde hace varios años. Otros, en cambio, valoran incluso cerrar varios días completos si el nivel de ventas baja más de lo esperado.
Frente a esta disminución de actividad, algunos negocios optan por aplicar ofertas en los meses de verano con el propósito de mantener algo de movimiento. “Se nota que la gente gasta menos y prioriza lo necesario, por eso intentamos poner algunos productos rebajados para atraer a los clientes”, confiesa un dependiente de un establecimiento de alimentación del Gran Eje. Aunque algunos negocios pueden ver un pequeño repunte gracias a jiennenses que vuelven por vacaciones, lo cierto es que el verano es una etapa muy complicada para el comercio de barrio: “No son meses especialmente buenos. Los mejores suelen venir después, con la llegada del otoño y, sobre todo, con la campaña de Navidad”. Más allá del factor estacional, el comercio local convive con retos estructurales. Los comerciantes señalan que la falta de intervenciones urbanas, como el entoldado de calles o la escasez de aparcamientos, agravan cada verano el desequilibrio entre las tiendas de los barrios y las de los centros comerciales.
Bruno García Pérez, secretario general de Comercio Jaén: “En zonas turísticas se nota un aumento puntual”
Bruno García, secretario general de Comercio Jaén, señala que “los meses estivales suelen ser flojos en cuanto a ventas, ya que mucha gente se marcha de vacaciones o se desplaza a otras zonas dentro de la propia ciudad, como los Puentes, lo que reduce la clientela habitual en los comercios de barrio”. Esta baja actividad, según Bruno García, puede verse compensada por la llegada de visitantes. “En zonas con atractivo turístico o en barrios céntricos sí se percibe un aumento puntual de personas que vienen a pasar unos días a Jaén o de jiennenses que residen fuera y aprovechan para volver a su ciudad”, explica. No obstante, matiza que ese repunte “no compensa la caída del consumo”.
Francisco Gutiérrez Ordóñez, presidente del Centro Comercial Abierto Las Palmeras: “Llevamos años pidiendo el entoldado de las calles”
Francisco Gutiérrez, presidente del Centro Comercial Abierto Las Palmeras, explica que la afluencia de clientes se mantiene en niveles similares a los de otros veranos, pero la sensación de incomodidad va en aumento. “Desde los comercios hacemos un gran esfuerzo por mantener nuestros establecimientos frescos y acogedores, pero poco podemos hacer si el entorno urbano no acompaña”, subraya. Martín Torres insiste: “Llevamos años pidiendo intervenciones como el entoldado de las calles más transitadas, mejoras en el transporte público o más zonas de aparcamiento. Todas ellas ayudarían a que el centro fuera más accesible y cómodo, especialmente en los meses más duros del verano”.