Así se preparó el espectáculo de drones que despidió San Lucas

Por segundo año consecutivo, la Feria de San Lucas clausuró sus días de fiesta con un espectáculo de drones que, en esta ocasión, aumentó hasta los trescientos. El show llegó de la mano de una empresa nacional con más de seis años de experiencia, pionera en la prestación de este tipo de servicios con aeronaves. Umiles Group fue la encargada de ofrecer un espectáculo diseñado cuidadosamente, acompañado de una selección musical sincronizada. En total, cinco trabajadores hicieron posible la exhibición. A través de un ordenador principal —que mostraba todo tipo de telemetría— y otro secundario, se controló el vuelo de los drones. Para garantizar la seguridad, la zona estuvo cercada y contó con la presencia de la Policía.

La altura de vuelo fue de treinta y cinco metros en su base, alcanzando hasta ciento veinte metros en las partes más altas de las figuras, el límite permitido por la normativa. El espectáculo tuvo una duración de dieciséis minutos, contados desde el despegue hasta el aterrizaje de los drones. La autonomía limitada se debe al tamaño reducido de las baterías, que pesan unos cuatrocientos gramos. Cada dron incorporaba una placa con tres luces LED —azul, verde y roja— que fueron cambiando a lo largo del espectáculo. En cuanto a las figuras, cinco fueron personalizadas, incluyendo elementos como el escudo y el lagarto. Un aspecto importante fue el espacio de despegue. Umiles Group se adaptó a las dimensiones disponibles: aunque normalmente trabajan con un despliegue de 20 x 15, en esta ocasión se modificó a 30 x 10 para ajustarse al lugar.