Una serrana de bandera
Hace cinco años que María de la Paz Valderas decidió hacer el petate y buscar fortuna en Londres donde ha vivido una de las mayores experiencias de su vida. Ahora, ha regresado a su tierra natal, su querida Valdepeñas
Así empezó todo. 97 municipios tiene la provincia, casi 100 joyas que guardan las historias de sus gentes, las de aquellos que ya peinan canas y levantaron la tierra con el sudor de su frente y las de los más jóvenes, jiennenses ambiciosos y con ganas de protagonizar sus propias experiencias, aunque no siempre pueda ser dentro de las fronteras del Santo Reino. De los pueblos de Jaén, el de Valdepeñas tiene un espacio privilegiado, pues cuenta con patrimonio, cultura y una belleza peculiar. Fue allí donde empezó todo hace 31 años, cuando María de la Paz Valderas llegó al mundo en plena Sierra Sur. Criada entre aires serranos decidió partir para licenciarse en Administración y Dirección de empresas. Tras varios intentos fallidos por encontrar una oportunidad “en lo suyo”, siguió los pasos de una amiga que había trabajado en Londres como au pair, para así mejorar su nivel de idiomas y currículum. Encontró una familia a través de una web dedicada a la búsqueda de au pairs y así empezó todo. “Mi intención era quedarme un año, aprender inglés y volverme a España para probar suerte de nuevo e intentar encontrar trabajo”, confiesa la joven, aunque su estancia se alargaría casi cinco años.
Durante un tiempo estuvo con unas personas a la cuales define como su “segunda familia”. Gracias a ella, pudo comenzar a ejercer su profesión y combinar varias tareas. “Al verano siguiente me volví a España para buscar trabajo y no encontré nada, por lo que me volví de nuevo a su casa a seguir como au pair. Esta vez también estuve trabajando como profesora de español en varios colegios con niños de entre 4 y 11 años”, destaca, a lo que añade: “Después de estar otro año con la familia, quise buscar otro tipo de empleo para adquirir más experiencia y me contrataron en una empresa online de ropa muy popular en Inglaterra, llamada ASOS. Allí he estado trabajando los dos últimos años”, hasta su reciente vuelta a España, hace tan solo unos días.
Su decisión de regresar ha estado motivada principalmente por su familia, al ser tan duro tenerla lejos. “Esta es la razón principal, aunque también echaba de menos el buen tiempo y la vida en España. Soy consciente de que aquí es más difícil encontrar un buen puesto de trabajo, pero quiero intentarlo”, asegura la de Valdepeñas, que comienza una nueva etapa aunque debido a su espíritu valiente no descarta explorar nuevos destinos en el futuro, de no poder desarrollarse profesionalmente en su tierra. Sin embargo, de Reino Unido se ha traído una gran experiencia tanto laboral como personal. “Los primeros dos años y medio viví en una ciudad llamada Aylesbury, a una hora de Londres en tren. Cuando empecé a trabajar en ASOS, me mudé a un distrito al noroeste de la capital llamado Watford. Además, he aprovechado la oportunidad de vivir en Londres para viajar dentro y fuera del Reino Unido. He conocido sitios preciosos de UK, como Cambridge, Oxford, Bath, Bristol, Exeter, Cardiff (Gales)... y también fuera, como Italia, Malta, Holanda, Bélgica, Lituania o Irlanda”, resume.
Sus bonitas vivencias provoca que las recomiende “al cien por cien”, pues asegura que se aprende mucho, se conoce a gente sumamente interesante, se convierte en una aventura que merece la pena porque te hace crecer como persona y mejora la faceta profesional de quien se decide a coger el petate y marchar en busca de fortuna. Eso sí, en sus vueltas no le quedaba otra que escuchar a algún paisano decirle eso de “a ver, di algo en inglés”. Ahora, la tienen de regreso y pueden disfrutar de ella, lo que significa que Jaén ha ganado una batalla, la de hacer retornar a su tesoro más valioso, jóvenes que como Mari Paz Valderas son el verdadero orgullo de la provincia.
Si de algo puede presumir España y sus gentes es de contar con unas costumbres que la hacen única y siembran rostros de sorpresa en todos aquellos que las descubren. Según la experiencia de la joven de Valdepeñas: “Les impacta nuestro amor al jamón, aunque a ellos también les encanta”. Sin embargo, una de las tradiciones que más sensación les causa a los londinenses es la Semana Santa española, más si cabe la andaluza.
“Aun que recuerdo una vez mostrarles a unos amigos vídeos de las procesiones y, sí es verdad que se quedaron con la boca abierta”, dice. En definitiva, Valderas asegura que los ingleses “adoran la comida española, las costumbres y el buen tiempo del que disfrutan los del sur. “Siempre me han tratado con respeto y hablan con admiración de nuestro país y nuestra cultura”, destaca.
“Lo mejor de vivir fuera es todo lo que conoces y cómo se te abre la mente. Tengo amigos de diferentes nacionalidades, con culturas e historias variadas. Lo más importante es que te quitas prejuicios y aprendes a aceptar y normalizar lo diferente a ti y a lo que estás acostumbrado a ver. Y, por supuesto, aprender inglés y a no tener barreras para comunicarte fuera de tu país”. De esta forma tan positiva describe la jiennense su paso por tierras londinense pues, tras cinco años, regresa con la maleta repleta de grandes momentos y recuerdos únicos.
En la otra cara de la moneda, lo menos positivo es siempre estar lejos de tu gente y de no poder compartir determinados momentos o celebraciones importantes con ellos. “Mi familia y amigos y, como no, la comida y el sol. No te das cuenta de lo que tienes hasta que vives sin ello” resume.
Au pair es una palabra francesa usada para denominar a la persona acogida temporalmente por una familia a cambio de un trabajo, como cuidar a los niños; suele convivir con la familia receptora como un miembro más, y recibe una pequeña remuneración así como comida y alojamiento gratuitos; en la mayoría de los casos son estudiantes. El objetivo del au pair es el conocimiento de una lengua y de una cultura diferente. Muchos jóvenes quieren mejorar sus conocimientos de idioma a través de una estancia como au pair. También es una oportunidad para viajar a otros países y conocer nuevas culturas, sin tener gastos muy altos. Para muchos jóvenes la experiencia au pair es la primera vez que viven y trabajan fuera, por lo tanto, la experiencia apoya el proceso de madurez y de independencia. De esta forma se podría definir la vivencia de María de la Paz Valderas, que se siente una afortunada ya que la familia de acogida la ha tratado siempre como un miembro más de los suyos. Es por ello que siempre que tiene un hueco regresa para visitarlos.
En plena feria de Málaga. Ahí es donde se encuentran estas cuatro amigas, que se conocieron en Inglaterra. Estefanía, Diana y Cristina se han convertido en grandes compañeras de aventuras de Valderas. Viajaron desde Londres hasta Málaga el verano pasado para disfrutar de la feria y de unos días de playa.
En la imagen que acompaña este texto, aparece la joven junto a sus padres y hermano, las personas a las que más extrañó María Paz Valderas en su estancia en Londres. Una velada muy especial pues por asuntos de trabajo no pudo pasar Nochebuena junto a los suyos. Algo que parece que este año no se repite.
Una de las mejores cosas de salir fuera de casa es la cantidad de personas interesantes que se cruzan en el camino. La imagen que acompaña este texto es un claro ejemplo, se trata de una divertida cena de Navidad, el año pasado en un pub de Watford, con sus compañeros de trabajo y amigos.
“Esta foto es de mi primer año en Inglaterra”, revela la de Valdepeñas. Aparece junto a cinco de sus mejores amigas que no dudaron en coger un avión para ir a visitar a la joven durante un fin de semana. “Se trata de un intento de salto en Piccadilly Circus. Fue un fin de semana muy especial”, sentencia.