A orillas del océano Pacífico
José Cándido Jiménez nació entre aires serranos, en Puente de Génave, desde donde decidió partir hace cuatro años hasta tierras peruanas, a la ciudad de Lima, lugar en el que actualmente tiene una empresa de construcción
Destinos con encanto habitados por valientes. Mucho se habla de nuestros jóvenes, la cantera del Santo Reino cuyas ganas de triunfar y hacerse un hueco en el mundo los lleva a explorar terrenos variopintos a lo largo de la geografía. Sin embargo, la tierra verde está repleta de emprendedores que no dudan en cruzar el charco cuantas veces sea necesario si la recompensa es poder dar lo mejor a su familia. Este sería el caso de José Cándido Jiménez, que a sus 52 años decidió dar una vuelta radical a su vida y dejó su Puente de Génave natal para “conquistar” otras patrias. El destino escogido fue Perú y la razón muy clara: “Debido a la crisis en la construcción y la caída de las empresas que teníamos en España, necesitaba un cambio de aires y como, años atrás, ya había montado una empresa en Perú puesto que mi mujer es de allí y teníamos contactos, pensé que era lo más factible”. En un principio, Jiménez marchó solo para darle vida a una empresa independiente ya que la primera entidad era de varios socios, pero una vez que el jiennense estuvo instalado, su familia lo siguió. Esta historia comenzó hace ya cuatro años y parece que serán muchos más, puesto que desde un principio tenían claro que la intención era quedarse, siempre y cuando la situación acompañara. De momento, es empresario de la construcción en obra pública y privada y parece que los compatriotas peruanos los han aceptado como a uno más.
Eso sí, no todo fue sencillo, más cuando dejas tu tierra olivarera por primera vez para empezar desde cero. “Al principio fue muy complicado, el idioma sin duda te ayuda, pero viajar a un país con costumbres diferentes, con muy poca infraestructura y con otras maneras de negociar... en fin, es difícil, pero el ser humano se adapta creo que a todo”, describe el de Puente de Génave. De todos esos cambios y diferencias, hay algo que llama especialmente la atención: “A mis amigos peruanos les gusta nuestra gastronomía, cuando le preparo una buena sangría o una cerveza, aunque creo que lo que más les encanta es cuando les corto jamón y queso. De hecho, tengo amigos empresarios que siguen visitando los mejores restaurantes españoles a los que yo les llevé por primera vez”.
Por su parte, su vida en la tierra del Machu Picchu la define como “muy activa”: “Por la mañana temprano hago deporte y después al trabajo, suelo comer muy tarde puesto que estoy muchas horas conduciendo debido al intenso tráfico que hay en la ciudad, hacer unos 50 kilómetros dentro del municipio supone al menos cuatro horas de conducción, la ciudad de Lima es un caos, donde el tráfico es muy denso”. Así, también ha protagonizado diversas experiencias, algunas no del todo positivas: “Fui tratado con pistola en mano en un lugar donde hubo un tiroteo y heridos de por medio”. Otra anécdota curiosa que guarda entre sus recuerdos es la de desayunar con el expresidente de Perú. “Son muchas las experiencias que podría contar en un país en el que cada día es una auténtica aventura”, comenta.
Aunque Perú le ha dado muchas alegrías tiene claro que volverá a su querido Puente de Génave donde está su familia ahora mismo. El motivo es muy claro: “La Sierra de Segura es algo especial y cuenta con singularidades que lo hacen un pueblo mágico, las cervezas con los amigos y el buen ambiente del pueblo quizá sea lo que más echo de menos”. Unas palabras llenas de emoción que tienen su parte de nostalgia y es que, desde que José Cándido Jiménez partiera al otro lado del mundo hace cuatro años, no había vuelto apenas a casa, aunque confiesa que ahora regresará “más a menudo” puesto que su familia se quedará en tierras jiennenses. Y es que, aunque no sabe que le deparará la vida, su corazón siempre será segureño.
Cuando un valiente decide dejar su hogar para emprender en otras tierras tiene la posibilidad de aprender una cultura diferente, capaz de enriquecer. En el caso del jiennense, destaca que es, sin duda, lo más positivo: “Aprendes otras costumbres y formas de negociar, una de las satisfacciones de estar en este país es que conoces a empresarios españoles que son sensacionales, más en un lugar difícil. Algunos ejemplos son mis amigos Antonio, Paco y Josep, jóvenes empresarios que se han marchado a un país como Perú y se están desenvolviendo de la mejor forma posible”.
Sin embargo, también hay momentos menos dulces. “Ver y vivir lo que yo he experimentado en las zonas de pobreza donde solo vale el día a día, lugares donde el pobre vive aterrorizado por la delincuencia, en el que te visitan una obra con una pistola en mano, no es agradable y fácil de digerir”, sentencia este empresario.
La vida, es gran tesoro que todos tenemos y en la que nada hay escrito. Un camino que un día te lleva al sol y al siguiente lo llena todo de nieve. José Cándido Jiménez conoce bien los caprichos de esa vida y por ello no cierra las puertas a nada, incluso a viajar y residir en otros países.
Además, tiene un mensaje para todos aquellos que estén pensando en dar un cambio drástico a su historia personal. “Recomiendo por completo la experiencia de vivir en otros lugares, hay que tener claro que no a todos les va bien, de hecho, es más difícil encontrar fortuna en países como Perú que en el caso de España, pero como experiencia es maravillosa”, relata. Por tanto, todos aquellos que tengan desarrollado su espíritu aventureros y sientan la necesidad de explorar otros destinos que no lo duden y que, al menos, lo intenten.
Lima es la capital de la República del Perú. Se encuentra situada en la costa central del país, a orillas del océano Pacífico, conformando una extensa y populosa área urbana conocida como Lima Metropolitana, flanqueada por el desierto costero y extendida sobre los valles de los ríos Chillón, Rímac y Lurín. Cuenta con una historia muy ligada a los españoles ya que el 18 de enero de 1535 se efectuó la fundación española con el nombre de la Ciudad de los Reyes en la región agrícola conocida por los indígenas como Limaq, nombre que adquirió con el tiempo. Fue la capital del Virreinato del Perú y la más grande e importante ciudad de América del Sur durante la América imperial española. Después de la Independencia pasó a ser la capital de la República. El clima de la ciudad resulta especialmente particular dada su situación. Combina una ausencia casi total de precipitaciones, con un altísimo nivel de humedad atmosférica y persistente cobertura nubosa. Así, sorprende por sus extrañas características a pesar de estar ubicada en una zona tropical a 12 grados latitud sur y casi al nivel del mar.
Cuando hay amor y fuertes lazos la familia es el pilar más fundamental. Es el caso de la de Cándido Jiménez. Aquí aparece junto a su mujer y sus hijas en el aeropuerto de Lima en el mes de junio del ya pasado 2019. Estaban esperando el avión que los llevaría de vuelta a España, para luego ir a su querido Jaén.
No todo puede ser trabajar. En la imagen que acompaña este texto, el de Puente de Génave aparece con dos amigos en una discoteca en Lima, Josep Bonet y Antonio Soto. Juntos pasan algunas de las horas que tienen libres con conversaciones en las siempre está presente la querida tierra natal, España.
Cuando se enamoró de su esposa, Natali Chávez, no sabemos si pensó que alguna vez volvería a la tierra natal de esta, Perú. Lo que está claro es que el amor del uno por el otro no cambia por muchos kilómetros que existan. En esta imagen aparece la pareja en el Cementerio Inca, Líneas de Nazca.
Cuzco es una ciudad de los Andes peruanos que fue la capital del Imperio Inca y es conocida por sus restos arqueológicos y la arquitectura colonial española. Hasta allí se fue Cándido Jiménez con su esposa Natalia y sus hijas Caroline y Natali junior, a disfrutar de una bonita jornada en familia.