Gestionar el enfado

Si no se sabe manejar, el enfado es una emoción que produce frustración y puede generar violencia. He aquí algunas claves para salir airosos nosotros... Y los demás

20 mar 2016 / 10:20 H.

C uándo nos enfadamos? Cuando no se cumplen nuestras expectativas normalmente, cuando esperamos una cosa y recibimos otra, el enfado es una emoción que cuando se sabe canalizar nos hace superar obstáculos.

A veces se suele confundir el enfado con la violencia, el enfado es una emoción saludable y natural en el ser humano, la violencia es una conducta patológica es una forma inadecuada de expresar el enfado.

Hay muchas situaciones que nos originan enfado y la manera de reaccionar si no se sabe manejar es con violencia, la manera de reaccionar tiene su explicación en la psicología de la frustración, cuanto mas bajo se tenga el umbral de la frustración mas fácilmente se reaccionara con violencia, sin embargo sea cual fuere la situación en la que nos encontremos, no dejemos que el enfado se transforme en violencia, porque hay otros recursos que podemos ir incorporando para no llegar al punto de explotar.

Siguiendo estos pasos podemos llegar a gestionar el enfado:

1.- Atiende tus necesidades. Ser conscientes de la ira que experimentamos a lo largo del día es la mejor manera de tener esta emoción controlada. Es muy sano darse cuenta de todo aquello que nos molesta. Recordar que sentir no es actuar. Se trata simplemente de saber qué situaciones o personas te hacen daño y qué necesitas. Intenta percibir que intensidad de ira sientes dentro de una escala de 0-10.

2.-Espera antes de actuar. Cuando te invada la ira puede ser beneficioso esperar antes de actuar. Contar hasta diez o hacer unas respiraciones profundas para ayudarte. También alejarse físicamente de la situación conflictiva o distraerse con otras cosas. Permitirte un tiempo mas o menos largo, según la situación, para sentir o pensar, te ayudara a no precipitarte con tu conducta.

3-Elabora tus emociones. Ante la ira, debemos preguntarnos de donde surge y que actitudes nuestras o de los demás la favorecen. Comprueba si tienes necesidades básicas que no están satisfechas o heridas que te duelen. Radiografiar esta emoción te permitirá hacer un buen diagnóstico de la situación conflictiva.

4-Transforma la ira en acción. Una vez identificadas las causas que originan tu ira, debes utilizar la energía que te proporciona este sentimiento para hacer las cosas de forma diferente a como las hacías antes. Puede ser necesario, por ejemplo decir no a algo que te pidan, denunciar algo que te parece injusto... En cualquier caso, se trata de trasformar la ira en actitudes en comportamientos nuevos que te ayuden a vivir mas tranquilamente y que te ayuden a ser más feliz.

5-Sé responsable de tus actos. En una situación difícil, con tensión, el impulso agresivo puede arrastrarnos a todos. No es deseable insultar ni gritar. Pero si sucede, entonces debemos asumir las consecuencias de nuestras acciones, porque el que recibe la agresión se llena de ira contra nosotros, y es probable que también se deje llevar por su impulso agresivo. Si te excedes con alguien, pide perdón o compénsale.

6-Disuelve la avalancha. Si alguien se deja llevar por la ira y nos grita, pagar con la misma moneda no es la mejor solución, ya que actuar con ira genera más ira. Si te encuentras en una situación así, intenta buscar a un mediador que te ayude a conseguir el entendimiento desde el respeto. Para atenuar los sentimientos negativos, puede ayudarnos pensar que la otra persona, como nosotros, también lo está pasando mal. Con una actitud agresiva no se llega a ninguna parte.

7-Evita el victimismo. Pensar que somos culpables de nuestras desgracias y que no las merecemos no nos ayuda a encontrar soluciones constructivas. Esta actitud victimista aparece cuando descargamos la ira contra nosotros, dañando nuestra autoestima y nuestra capacidad de reacción. Si este es tu caso, debes evitarlo. Aprende a canalizar tu rabia, adoptando una actitud más activa para, poco a poco, ir cambiando aquello que te perjudica.

8-Desenmascara el dolor. Cuando te sientas muy enfadado, puede resultar muy positivo que te preguntes cuánto dolor o cuánto miedo contiene la ira que estas experimentando. Especialmente, en los casos en que la ira es muy intensa o persistente, es muy probable que existan otras emociones que se estén enmascarando. La ira actúa como defensa ante sentimientos que pueden ser mas dolorosos para la persona que lo siente. Identificar estos juegos que desempeñan a veces nuestras emociones, ayuda a atenuar la rabia.