Patatas panaderas

24 nov 2019 / 12:26 H.

Uno de los acompañamientos de la receta de la semana pasada, el solomillo de cerdo a la pimienta, era las patatas a la panadera. Debido a que nuestros antepasados no tenían horno en casa, surge el nombre de este plato, al llevar platos de carne y pescados a las panaderías en bandejas con una cama de patatas y cebollas para hornear, quedando las mismas impregnadas del los jugos que desprenden lo que colocas encima. En multitud de ocasiones, siendo niña, acompañé a mi madre al horno para asar cualquier carne o pimientos rojos para hacer ensalada. Momentos entrañables. Hoy en día, se prepara en restaurantes y hogares, tanto en hornos como fritas en una sartén con aceite de oliva y con la opción de ser un plato único si la acompañas con huevos. Estas patatas, cortadas en rodajas finas, son las que también puedes utilizar para elaborar una deliciosa tortilla de patatas, o una sencilla sopa de ajo de patata.

Elaboración

INGREDIENTES.

Un kilo de patatas para freír, 1 cebolla grande, 3 pimientos verdes, aceite de oliva virgen extra (AOVE), pimienta (opcional) y sal.

PREPARACIÓN.

En la sartén: pon abundante aceite de oliva a calentar. Pela y lava las patatas, córtalas a rodajas de un centímetro aproximadamente. Puedes usar un cuchillo o una mandolina si quieres que salgan del mismo grosor. Échalas todas juntas cuando el aceite esté caliente. Pela la cebolla y añádela cortada en juliana, junto con el pimiento troceado. Incorpora sal al gusto y remueve cada par de minutos, hasta que estén tiernas. Escurre todo el aceite que puedas y sirve en una fuente para acompañar aquello que desees. En el horno: corta las patatas un poco más gruesas, la cebolla y el pimiento. Rocía todo con aceite, sal y un poco de pimienta. Coloca encima la carne o el pescado que más te guste y vuelve a rociar con aceite y especias al gusto.

CONSEJO.

No cortes las patatas demasiado finas porque se quemarán. Si horneas carne, deberán ser más gruesas que si utilizas pescado. No te preocupes, con la práctica le cogerás el punto. En multitud de ocasiones os he comentado que me encanta utilizar el horno para cocinar, ya que es una forma muy cómoda de hacerlo, donde apenas se ensucia nada y puedes hacer otras tareas mientras se hornea. Además, en los meses fríos es un placer tener la cocina caldeada y la casa huele que alimenta.