Un paraíso al lado de casa

Cuando llega el verano muchos jiennenses aprovechan para pasar los meses de calor en las costas andaluzas, aunque con el periódico cerca para estar informados de las novedades de la provincia

11 ago 2019 / 16:29 H.

Viaje por el paraíso. Tener la suerte de nacer y criarse en una tierra como la de Jaén supone todo un privilegio y un verdadero regalo del destino, pero no tanto cuando se acerca el verano y hasta el lagarto de la tierra verde tiene que buscar sombras para protegerse del mercurio. En ese momento, la brillante provincia se queda un poco huérfana, pues muchos deciden partir hacia destinos menos cálidos que ayuden a soportar los meses estivales, son los jiennenses por las costas andaluzas, el paraíso para aquellos cuyo origen es el secano. Comienza este viaje por la maravillosa costa almeriense. Allí, a poco más de veinte kilómetros de la capital perteneciente a la comarca del Poniente, se sitúa el municipio de Roquetas de Mar, todo un lujo en la época veraniega. Paseando por sus calles se puede encontrar a muchos jiennenses. Es el caso de Nicolás Reig que hace unos ocho años, y tras varios veraneando en la zona, adquirió un domicilio en el municipio. “Desde siempre me ha encantado la costa almeriense por sus playas y el gran ambiente de la zona por lo que siempre venía a veranear con mi familia a lugares como Mojacar o Garrucha y al final decidimos optar por Roquetas de Mar”, confiesa este jiennense del Santo Reino. Su cariño por la zona lo lleva a pasar largas temporadas en la costa y una de ellas siempre es el verano. Allí, para no estar totalmente desconectado de su tierra, cada mañana acude al quiosco y compra Diario JAÉN, con el que se mantiene al día de las últimas novedades.

No es el único ya que en Roquetas de Mar se han creado pequeñas comunidades que dan lugar a una especie de provincia jiennense en miniatura. “Es muy común caminar por el paseo marítimo y sentir que estas en La Carrera de la gran cantidad de familias y parejas que encuentras de la capital, es bastante agradable”, asegura. Como él y su esposa, otros muchos son los que se decantan por Roquetas de Mar cada verano, como Pedro López, Guadalupe Carmona que también tiene un piso y viaja con su marido, sus dos hijos y su madre cada vez que tienen un hueco para celebrar el verano, la vida, el amor por la familia. Muchos se han conocido en el quiosco de Guillermo Salvador que, cuando se acerca julio, rápidamente empieza a tener a disposición de los visitantes “el JAÉN”. Curioso es el caso de la familia Lozano Portillo que desde que veranean en Roquetas de Mar han creado una comunidad jiennense en plena costa. Desde Marmolejo parten cada verano hasta el municipio almeriense donde, a base de coincidir, han desarrollado grandes lazos con otras familias de Torredelcampo, Jaén capital y una de un poco más lejos, Pinos Puente, en Granada. Allí se conocieron y en el lugar comparten los días como si lazos de sangre los unieran. “Juntos lo pasamos estupendamente, las temperaturas son fantásticas salvo algún día que hace aire, pero por lo general estamos encantados, vamos buscando escapar un poco de las sofocantes olas de calor de la provincia en esta época”, manifiesta Francisco Lozano. El día a día de los más de cuarenta jiennenses que se juntan a pie de orilla siempre comienza en la playa por las mañanas donde se bañan, comparten bromas y buenos ratos a los que cada vez se van uniendo más adeptos de otros lugares de la provincia, como Úbeda, Baeza o Linares. Ya por la noche pasean juntos, toman algún que otro refresco y, como ritual, cada año acuden a un concierto sumamente especial y con sello puramente jiennense, el del grupo Apache. “Sí que se echa de menos la tierra, pero tengo que reconocer que aquí estamos muy a gusto en verano”, sentencia el marmolejeño. Francisco Lozano y Carmen Portillo, junto a sus amigos Pepe, Carmen, Lourdes, José Antonio, Ana María, Antonio, Rafael, José, Antonia, entre otros muchos, disfrutan de esta forma de un verano cargado de emociones y risas, donde el tinto de verano del “granaino” no falta, con su toque especial y que gusta tanto a este conjunto de amigos. Asimismo, no son los únicos ya que aseguran que conocen a otros muchos vecinos de este municipio que se trasladan allí estos meses.

Dejamos Almería, pero no así el viaje pues queda mucha costa que explorar. La siguiente parada será en la cotizada Costa del Sol, donde otros tantos jiennenses se dejan ver cuando el mercurio decide hacer de las suyas en el Santo Reino y sus territorios. Varios son los municipios predilectos para los habitantes de las llaves de Andalucía, donde ver pequeños colectivos repartidos por el mar malagueño es lo más común durante los meses de junio, julio, agosto y muchos incluso aprovechan para sacarle provecho a septiembre, pues allí el buen tiempo se alarga. Aquí, en esta parada malagueña, primero fueron sus abuelos, después sus padres y, ahora, ellos con sus hijos. Hasta cuatro generaciones de familias conviven, cada verano, en las playas de Torre del Mar en busca de un merecido descanso. Son jiennenses que, en la época de bonanza económica, pudieron invertir sus ahorros en un apartamento sin tener consciencia, plenamente, del auge que, a la postre, experimentó uno de los núcleos de población más visitados de Málaga.

El ambiente es envidiable, aunque la gran asignatura pendiente de su Ayuntamiento, dependiente de Vélez-Málaga, es mejorar el estado del agua, porque hay cosas que nadie puede contribuir a cambiar, como por ejemplo la fría temperatura que se percibe nada más pasear por la orilla. Es otro de sus encantos. Mientras en Jaén hay alerta por calor, los jiennenses pasan frío en las noches veraniegas de Torre del Mar. La gastronomía también acompaña en unas vacaciones que, para muchos, se prolongan los fines de semana de casi todo el año. Los espetos, el pescado frito y las verduras de la huerta no pueden faltar en las mesas de los comensales. Es, además, un destino asequible para cualquier bolsillo, porque todo está al alcance de cualquiera. Cada año incrementan las actividades pensadas para el disfrute de quienes hasta allí se acercan. Música en directo, gimnasia gratuita y cursos de todo tipo conforman una oferta para que no haya ni un minuto de descanso. Lo mejor, la buena compañía, porque las familias jiennenses tienen en Torre del Mar sus mejores amistades. En algunos casos son primos, sobrinos y amigos de Jaén, Granada y Sevilla unidos por lazos de sangre y de amistad con un punto de encuentro, Torre del Mar. En otros casos, algunos se toman un descanso de sus labores diarias, como Antonio Molina, del colectivo El Cauce, de la capital, que se encuentra ahora en Torre del Mar y pasa el verano allí desde hace más de veinte años. Casualidades de la vida, durante su estancia ha coincidido con otra compañera, Chari Martínez, de la asociación Europa, que también veranea por la zona. En el caso de Juan Francisco Molina, presidente de la Asociación de Vecinos de La Maseguilla, el prefiere Torremolinos. Aunque cambia de destino cada año, tiene predilección por la costa andaluza, donde además puede hacerse con un ejemplar de Diario JAÉN para no desconectar del todo de la tierra, porque como confiesa: “Siempre tengo presente mi ciudad”.

Otra joven, en este caso de Linares, Marina Pérez, veranea desde pequeña en Fuengirola, donde sus padres compraron un piso hace décadas. “Paso el verano en la zona desde que nací y lo más común es encontrarse con otros jiennenses en estos meses”, comenta. Tanto es así que en uno de esos encuentros encontró el amor en otro joven del Santo Reino, Javier López. El viaje no acaba ahí, otros muchos se decantan por la costa granadina, en Salobreña, Motril o Almuñecar, todos con un mismo objetivo, disfrutar del verano y sumar momentos de esos que se quedan para siempre en el recuerdo antes de volver a la tierra del verde y caluroso olivar.