La alegría de los campos

Cerca de veinte especies de aves habitan en la provincia de Jaén y el resto de Andalucía durante los meses de invierno y hacen, de los olivares, su mejor aliado a la hora del descanso nocturno

03 nov 2019 / 16:45 H.

Pequeñas pero muy fieles. No faltan a su cita con Andalucía ni un solo año, cuando comienza a llegar el invierno, cerca de veinte especies parten de países como Francia, Holanda, Bélgica, Alemania y Escandinavia y, en menor medida, de Reino Unido y países bálticos, para pasar el invierno en la región del sur de España, por lo que residen durante meses en provincias como Jaén, coincidiendo con la cosecha de recogida de aceituna. Durante el día, estos bellos parajarillos sobrevuelan la tierra del Santo Reino sin ninguna preocupación más que buscar alimento y compartir el terreno con los agricultores.

El problema llega por la noche, cuando estas aves se refugian para dormir en los setos de olivar superintensivo y es entonces cuando las cosechadoras, equipadas con potentes focos de luz, se colocan por encima de los setos para cosecharlos, depositando los materiales colectados sobre el remolque que llevan adosado. Es ahí donde se pueden encontrar los cadáveres de aves amontonados entre la aceituna y hojarasca engullidos por la maquinaria, según varios informes de Ecologistas en Acción y de la propia Junta de Andalucía.

Las especies más afectadas que habitan la provincia y el resto de Andalucía son: Currucas Cabecinegra (Sylvia melanocephala), Mosquitera (Sylvia borin) y Capirotada (Sylvia atricapilla), Zorzal Charlo (Turdus viscivorus), Común (Turdus philomelos) y Alirrojo (Turdus iliacus), Petirrojo (Erithacus rubecula), Verderón (Carduelis chloris), Mosquiteros Ibérico (Phylloscopus ibericus), Común (Phylloscopus collybita), Musical (Phylloscopus trochillus) y Papialbo (Phylloscopus bonelli), Jilguero (Carduelis carduelis), Pardillo (Carduelis cannabina), Lavandera Blanca (Motacilla alba), Cascadeña (Motacilla cinerea) y Boyera (Motacilla flava).

Esta situación, denunciada por diversos colectivos entre los que se encuentran Ecologistas en Acción, es la que ha provocado la suspensión, temporal, de la recogida de aceituna nocturna en campos superintensivos hasta conseguir un informe detallado, encargado a Ifapa, donde se especifiquen las consecuencias de estas prácticas.

De momento, lo que sí se sabe es que las especies que cada año visten de color y alegría los campos olivareros de los productores jiennenses no se verán en peligro por culpa de las cosechadoras y podrán descansar en los troncos y ramas del tesoro del Santo Reino, al menos hasta el 1 de mayo de 2020, aunque la decisión final llegará en las próximas semanas cuando se publique un nuevo informe.