Abierta la época del estornudo

Con unas temperaturas que invitan a pensar que la primavera ha llegado, también comienzan los meses más duros para los alérgicos que poco a poco dejan el ciprés pero se expande el olivo

02 mar 2020 / 17:01 H.

Miedo a ser de Jaén. Hay que admitirlo, la provincia tiene características que la hacen maravillosa, pero cuando se trata de la primavera, más de uno preferiría haber nacido a kilómetros del mar de olivos. Precisamente estos son los culpables de que muchos pasen una primavera “enganchados” al pañuelo. La mayoría de los alérgicos de cualquiera de los municipios miran al cielo cuando llega el mes de marzo con la esperanza de que el tiempo le acompañe y la temporada de no sea excesivamente dura.

Sin embargo, parece que este no va a ser su año. Con un mes de febrero completamente atípico, de temperaturas puramente primaverales y con las lluvias desaparecidas, la concentración de polen se ha notado especialmente. Concretamente, los niveles más altos los concentra el ciprés desde hace semanas, por lo que los intolerantes a este tipo de árbol no deben preocuparse si notan ciertos síntomas, más en unas semanas de alerta mundial por la expansión del coronavirus.

Para aquellos que se hayan interesado en conocer los niveles con más detalle, habrán podido comprobar que en la página web oficial de la sociedad española de polen no los ha actualizado, esto es debido a la baja de la persona encargada de ello, tal y como confirman desde el propio centro, aunque también aseguran que volverán a ponerse al día a partir de las primeras semanas de marzo. Lo que sí pueden confirmar es que esa sensación de una mayor alergia viene dada precisamente a las altas temperaturas. “Es verdad que durante el mes de febrero el ciprés ha dado algunos problemas, pero con mucha menos intensidad que el pasado año”, asegura Blanca Sampedro, jefa de la Unidad de Alergología del Complejo Hospitalario de Jaén.

Eso sí, las concentraciones de polen de este árbol dejarán de ser altas a partir de este mes. Sobre las previsiones, afirman que son difíciles de hacer. “De seguir este tiempo sí que podrían aumentar los niveles y ser una temporada complicada, pero va a depender de lo que pase en marzo, es algo que se suele repetir cada año”, añade Sampedro. Esto quiere decir que si las temperaturas bajan los alérgicos podrán respirar algo más, al menos hasta que el olivo tome fuerza, pues es la alergia más complicada de tratar ya que al contrario que las de invierno, la del árbol por excelencia de Jaén provoca asma. Así, se espera que las principales concentraciones se produzcan en mayo si se repite la tendencia de todos los años. Este mes, le toca a aquellos que no sean “muy amigos” del plátano de sombra, mientas que en abril los principales problemas los causan las gramíneas.

En esa misma línea se manifiesta el experto Victoriano Peralta, de Clínica Santa Helena. “Los polenes de invierno llegan a sus picos más altos en el mes de febrero por lo que, aunque cada año la pregunta y la preocupación sea la misma, se suele repetir la misma situación”, afirmó. Eso sí, también aclara que el tiempo anticiclónico ayuda a la concentración de este tipo de polenes: “En cierta medida sí que este año se nota más, pero siempre dentro de la normalidad de cada ejercicio”.

Para todos aquellos que padecen alergia de uno u otro tipo, existen una serie de recomendaciones que el Colegio de Farmacéuticos de Jaén pone a disposición de los pacientes cada año desde el Colegio para hacer llegar el decálogo de consejos para combatir la alergia con el objetivo de ayudar y ofrecer protección. Entre ellos, se encuentran: durante los días de máxima concentración de polen, intentar permanecer en casa; no abrir ventanas entre el amanecer y el atardecer, horas de máxima exposición; mantener las ventanillas cerradas durante los desplazamientos en coche; colocar filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado; al salir a la calle, procurar el uso de gafas de sol; al llegar a casa, cambiarse de ropa y ducharse; evitar actividades que levanten polen, tumbarse o jugar al aire libre; evitar tener plantas que polinizen por vía aérea; no dormir cerca de fuentes de polen, y tomar la medicación recetada por el médico con su dosificación correcta, de forma regular y no mezclarla con alcohol. A todos ellos hay que añadir uno más, la paciencia, necesaria para sobrellevar estas patologías.