Buñuelos de viento

10 nov 2019 / 12:25 H.

El buñuelo es una masa de harina frita, que puede llevar un relleno dulce o salado, y forma parte de la cocina mediterránea antigua. Tras su consumo por los romanos, la sociedad morisca la introdujo en su gastronomía, quienes, mientras habitaban en el sur de la península ocupando puestos de baja categoría, también tenían el oficio de vendedores ambulantes de buñuelos. En Madrid y Andalucía, se consumen durante la fiesta de los Santos, siendo costumbre en los pueblos que se prepararan en las casas y se vendieran o regalaran a los vecinos. En Sevilla y Granada, este postre era muy típico frito en aceite y cubierto con miel. Tradición que fue adoptada por los gitanos tras la expulsión morisca y que sigue vigente. Podemos encontrar una amplia variedad de tipos de buñuelos a lo largo del mundo. Concretamente, los buñuelos de viento tienen forma de bola y son muy ligeros, debido a que contienen grandes burbujas de aire en su interior; hueco que se aprovecha para el relleno.

Elaboración

INGREDIENTES.

Medio litro de leche, 300 gramos de harina de repostería, 15 gramos de levadura, 80 gramos de mantequilla, la piel de un limón, 1 trozo de canela en rama, 8 huevos, azúcar, aceite de oliva virgen extra (AOVE) y sal.

PREPARACIÓN.

Tamizar la harina y la levadura. Calentar la leche en un cazo con la piel del limón, la canela, la mantequilla, un pellizco de sal y una cucharada de azúcar. Hervir durante 2 minutos. Sacar el limón y la canela. Echar de golpe la harina con la levadura, remover continuamente, sin dejar grumos. Estará perfecta cuando empieza a desprenderse fácilmente del cazo.

Retirar del fuego y dejar que se enfríe un poco. Añadir los huevos uno a uno. Echar el primero e integrar perfectamente antes de echar el siguiente para que quede una masa homogénea. Dejar reposar media hora. En una sartén, calentar abundante aceite de oliva. Hacer bolas con la masa obtenida mientras se van friendo a fuego suave. Darles la vuelta y reservar en una fuente sobre papel de cocina. Rociar con un poco de azúcar.

CONSEJO.

Puedes comerlos directamente así o rellenarlos con diferentes sabores (crema pastelera, nata, chocolate, cabello de ángel, trufa, café, calabaza,...). Puedes hacerlo con la ayuda de una manga pastelera. Son ideales para una buena merienda acompañados de té, café o la bebida que más te guste.

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