Ajo de espárragos

14 feb 2016 / 10:30 H.

Tras días de lluvia me gusta recordar las veces que he salido al campo con mi padre para recoger espárragos trigueros. Con un buen manojo daba para hacer una deliciosa tortilla y, si era lo suficientemente grande, reservábamos los más duros para hacer una sopa. Con los espárragos trigueros, los silvestres, obtenemos un sabor más amargo. En cambio, con los cultivados el sabor es más dulce. El espárrago es nativo del Mediterráneo y su origen se sitúa cerca de los ríos Tigris y Eúfrates. Egipcios y griegos los utilizaban como ofrenda para sus dioses. En la época romana su consumo se popularizó y fue muy apreciado por sus propiedades organolépticas y terapéuticas. Durante la Edad Media perdió su popularidad, pero resurgió durante el siglo XVII. Poseen propiedades diuréticas, un alto contenido en fibra, así como ácido fólico e hierro para combatir la anemia, propiedades antiinflamatorias y favorecen el sueño, a la vez que ayudan a combatir el insomnio.

Elaboración

INGREDIENTES

Un manojo de espárragos; aceite de oliva virgen extra (AOVE); vinagre; sal; agua; un diente de ajo; cominos (en grano el sabor es más intenso)

y pan del día anterior.

PREPARACIÓN

Lavar los espárragos y escurrir. Poner al fuego una cazuela con un buen chorreón de aceite de oliva. Añadir los espárragos en trocitos con un poco de sal y dos cucharadas de vinagre, para que pierda un poco de amargor. Freír a fuego medio, hasta que estén tiernos. Personalmente no me gustan demasiado blandos.

Cubrir con dos dedos de agua y cocer durante 8 ó 10 minutos. En el mortero, machacar el diente de ajo con un poco de sal y una cucharadita de cominos.

Añadir un poco de agua e incorporar a la cazuela.

Servir bien caliente con un poco de vinagre y trocitos de pan.

Muy importante: Retirar del fuego antes de que vuelva a hervir. Mi madre aún me repite hoy lo que mi abuela siempre le decía. “Recuerda. Ajo hervido, sabor perdido”. Si dejas que vuelva a hervir, te darás cuenta que el sabor del ajo, tan característico de esta sopa, se pierde. Si os pasa, no os preocupéis. Al principio, a mí me paso en una ocasión. Pero, tan sencillo como coger otro ajo para añadirlo machacado. No os desaniméis, son necesarios los errores para un buen aprendizaje. ¡Tan sólo disfrutad con lo que hagáis!