Un tribunal federal prohibe temporalmente las redadas contra migrantes en EE UU
La jueza federal de distrito exige “una sospecha razonable más allá de la raza o etnia de una persona”

Un tribunal federal de Estados Unidos ha dictaminado de manera provisional que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) debe poner fin a los arrestos llevados a cabo en redadas de inmigración en Los Ángeles “basándose únicamente en su raza, idioma hablado u ocupación”, en el marco de la controvertida represión del Ejecutivo estadounidense contra los migrantes en California. Así lo ha resuelto la jueza federal de distrito Maame Ewusi Mensah Frimpong, quien ha exigido la existencia de “una sospecha razonable más allá de la raza o etnia aparente de una persona, el idioma que habla, su acento o su presencia en un lugar particular”, para efectuar tales detenciones, según ha recogido CNN. Según lo dispuesto por la magistrada —designada por el expresidente Joe Biden—, “los agentes en el área de Los Ángeles no podrán detener e interrogar a individuos sin sospechas razonables de que están en Estados Unidos ilegalmente”. En la misma línea, Frimpong ha subrayado en su orden que uno de los principales “fallos” de la Administración de Donald Trump en este contexto ha sido el de no proporcionar información sobre los motivos y las condiciones de estos arrestos. Ello implica, ha agregado, que el Departamento de Seguridad Nacional deberá “proporcionar documentación de los arrestos a los abogados de los demandantes”. Por el momento, la Casa Blanca no se ha pronunciado al respecto.
La resolución llega en un momento de elevada crispación y confrontación creciente entre la Administración Trump y las fuerzas sociales que llevan semanas protestando contra la política migratoria del magnate, confrontación que se ha traducido en semanas de disturbios en las calles de Los Ángeles, donde Trump desplegó a mediados de junio unos 4.100 efectivos de la Guardia Nacional y alrededor de 700 marines en Los Ángeles pese a las críticas del gobernador de California. Paradójicamente, Trump ha ordenado este mismo viernes al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) que instruya a sus agentes para detener a cualquier persona que ataque un vehículo policial de este cuerpo y ha anunciado que tendrán “autorización” para efectuar estas detenciones “utilizando todos los medios necesarios”. Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha respaldado la lógica de Trump, asegurando que la Casa Blanca está respaldando al ICE en su actuación a fin de garantizar el desempeño de sus funciones y su seguridad. “Estamos apoyando a los agentes de ICE en Los Ángeles y otros lugares, garantizando su seguridad en el cumplimiento de sus funciones... ¡ICE debería poder hacer su trabajo en cualquier ciudad de Estados Unidos sin ser atacado! Y si son atacados, el Departamento de Defensa estará orgullosos de estar junto a ellos para proteger sus instalaciones o a sus agentes en la ejecución de la aplicación legal de la ley”, ha expresado. Este anuncio se produce después de que el cuerpo fronterizo realizara una redada en un campo legal de cultivo de marihuana este jueves en el estado de California en la que tuvieron lugar grandes enfrentamientos entre policías y manifestantes. La jornada se saldó con decenas de personas detenidas, incluidos nueve menores no acompañados.