Luis Eduardo Aute presenta, en el Infanta Leonor, su último disco
Diana Sánchez /Jaén
La tranquilidad y la paciencia con las que el poeta Luis Eduardo Aute narró su particular visión del mundo conectó con un público, que si bien apenas llenó la mitad del Infanta Leonor, consiguió despertar las conciencias de quienes presenciaron el concierto. Una velada en la que presentó su último disco Intemperie.

La tranquilidad y la paciencia con las que el poeta Luis Eduardo Aute narró su particular visión del mundo conectó con un público, que si bien apenas llenó la mitad del Infanta Leonor, consiguió despertar las conciencias de quienes presenciaron el concierto. Una velada en la que presentó su último disco Intemperie.
Se abrazan para inyectarse fuerza, ánimos y energía en la intimidad del lateral del escenario. Pasadas las nueve de la noche, Luis Eduardo Aute y sus músicos, el guitarrista Toni Carmona, la corista Cristina la Vega y el teclista Igor Tukalo se disponen a entrar a un elegante escenario alumbrado con la complicidad de quienes desean beber de sus versos cantados. Primero, los intérpretes toman sus posiciones. Después, con paso firme y concentrado en su momento, Aute se sienta en mitad para romper con un: “Quiero que me digas, amor, que no todo fue naufragar por haber creído que amar era el verbo más bello, dímelo, me va la vida en ello”. Una primera canción en la que el sentimiento universal atrapa a quienes comienzan a estudiar sus gestos, su entrega y su voz. Con una ácida ironía rebosante de denuncia —que no deja de sacar más de una carcajada a los presentes— , el de Manila recuerda en Atenas en llamas no solo el origen de la composición sobre las pasadas revueltas de la capital griega, sino también las actuales manifestaciones de “jóvenes indignados”, con cita de Fernando Savater, incluida. Porque presenciar un recital de Aute es como conectar la radio a primera hora de la mañana y ponerse al día de todo, pero en clave de compromiso y denuncia.
Cada vez más envolvente, su voz rema, mencionando al mismísimo Ulises en su Odisea hacia Ítaka, hasta Esta noche. “Acordaos de esta canción cuando volváis a vuestras íntimas soledades”. Y quizá, más de un presente llegaría a su casa tarareando la letra de la sugerente canción. Las vibraciones provocadas por Cristina la Vega con sus múltiples instrumentos se apagan para dar paso a un acordeón desplegado por Tukalo y así acompañar la felicidad del inocente protagonista de ¿Qué me pasa doctor? Un tipo tan sincero que reconoce estar perdido en un mundo tecnológico.
Tras esta confesión, Luis Eduardo Aute, que mantiene su temple —hasta para dar un trago a su copa de agua—, invita al público a recordar, en Intemperie, a los que, por motivos de catástrofes naturales, como los afectados por el terremoto de Lorca, se ven obligados a vivir bajo las estrellas. “También por las catástrofes políticas o las sociedades que, instaladas en precario, se ven en la calle”, añade.
Dureza en unas letras vestidas por un sensual lirismo que excitan el corazón y llenan de coraje las almas de quienes, hasta El Alba, se dejan empapar por una paz llena de desengaño.