Con las manos llenas de gratitud
No dan lo que les sobra, sino que comparten lo que tienen. Ofrecen su tiempo a los demás sin sueldos a fin de mes ni incentivos. A pesar de todo, realizan su labor con una sonrisa. Los voluntarios tienden la mano a cambio de momentos gratificantes. En Jaén, más de veintisiete mil personas regalan horas de ayuda.
Cobran por días, a veces por horas o minutos. Aunque como su paga es incontable, incluso reciben recompensas por momentos. Con una sonrisa, sobra. La nómina de los voluntarios no entiende de números y, sin embargo, muchos de ellos afirman que son ricos y muy afortunados. Tienen un “banco” de satisfacciones personales. En Jaén acumulan “bienes inmateriales” 27.244 personas; de ellas 13.481 son hombres y 13.763, mujeres, aunque a la hora de tender la mano, el sexo es lo de menos.
Red Lienzos es la asociación provincial de Voluntariado. Gracias a su trabajo, las distintas organizaciones de este ámbito cuentan con los recursos y las herramientas necesarias para desempeñar su labor. “Lienzos” tiene una treintena de entidades miembros, entre las que destaca Solidarios para el desarrollo, la ONCE, la Liga Giennense para la Educación y la Cultura Popular, el Teléfono de la Esperanza y Mundo Solidario, entre otros colectivos. En esta red solo entran y salen personas cargadas de ilusión y con muchas ganas de dar sin esperar nada a cambio.
Con la llegada de la crisis económica, una oleada de hombres y mujeres se enfrenta, a la fuerza, a la vida del desempleado; demasiado tiempo libre, y en ese estado redescubren una nueva forma de llenar sus días a través de esta actividad altruista. De hecho, desde 2008 el número de voluntarios ha aumentado en un 15 por ciento. Aunque la variedad de perfiles es tan amplia como personas colaboradoras. Estudiantes, amas de casa, jubilados, empleados, jóvenes o mayores, porque la ayuda desinteresada no entiende de estereotipos.
El mundo del voluntariado no solo regala experiencias gratificantes. Aquí todos aprenden y enseñan, dan y reciben, incluso más allá de lo meramente emocional. Cada vez son más las personas que, en una época complicada, optan por trabajar sin beneficios materiales como manera de añadir experiencia a su currículo. En este sentido, el voluntariado es un camino acertado para quienes desean conocer diferentes áreas relacionadas con su ámbito laboral. Además puede servir como medio para entablar contactos con el medio en cuestión o de “escaparate” para desarrollar y demostrar ciertas capacidades y cualidades. Y es que solo recibe quien tiende la mano vacía.
Andrés Rodríguez, presidente del colectivo Aguivo Jaén: “Esta labor me aporta muchas satisfacciones”
“Me gusta ser voluntario porque, aunque dedicas tu tiempo a cambio de nada, merece la pena. Yo trabajaba como cocinero profesional pero cuando me jubilé y fui al hogar del jubilado y vi que allí solo jugaban al dominó, decidí dedicar mi tiempo libre a otras cosas. Ingresé en la Universidad para mayores de cuarenta y cinco años y, después, decidí hacer un curso de formación de guías. Actualmente soy voluntario y presidente del colectivo Aguivo Jaén, una labor que me aporta muchas satisfacciones porque me encanta aprender y enseñar todo lo relacionado con nuestras raíces”.
Lourdes Estrella/ Primera voluntaria europea Red Lienzos: “Empecé porque quería mejorar el mundo”
“Soy psicóloga en el ámbito de la drogodependencia y trabajo en la Asociación de Familias de Ayuda a Drogodependientes (AFAD). Pero, además, soy voluntaria en las asociaciones ‘Rumbo a Ítaca’ y en ‘Vive libre’ y también en la cárcel, con pastoral penitenciaria. Cuando terminé la carrera me fui al extranjero como voluntaria, porque en cierta manera, dentro de mí, quería cambiar el mundo, mejorarlo. Fue una experiencia tremenda. Ahora sigo con el voluntariado en España, porque sé que existen personas que o las atiendes tú, o no las va a atender nadie. En ocasiones, compatibilizar todo es estresante, pero al final te recompensa muchísimo”. María José Ortega/Jaén