La hoguera de La Candelaria

Retorna la Virgen a su iglesia y esperan los niños en la puerta para ser presentados en el templo. Noche de La Candelaria en Sierra Mágina. Festejan los pueblos y aldeas la presentación de Jesús y la purificación de su madre María después del nacimiento. Raíces latinas e indoeuropeas en esta advocación mariana que sedimenta la religiosidad popular: candela (vela) y, antes, candeo (encendido); también kand (brillar).

Pasada la hora del templo, aflora el arcano, el ritual del fuego que purifica y espanta malos espíritus, augurios y adversidades. Arde la gran hoguera en la calle y alrededor se congrega el vecindario. Los últimos troncos ya son ascuas al rojo vivo. Hablan de lo que deben y de lo que quieren en la intimidad de una noche compartida. Cuando regresan a sus casas, el fuego, implacable, ha dictado también su magisterio, la advertencia del Génesis: polvo eres y en polvo te convertirás. Otro maestro, don Francisco de Quevedo, le dio valor singular e irrepetible a la certeza: polvo serán, más polvo enamorado.