Cuatro caños tiene la fuente
La Sierra de Segura, con los sones del Bolero de Maurice Ravel

Del latín fons, significa agua que brota de la tierra. Según se mire, nos viene bien otra de sus acepciones: principio, origen, fundamento. Esta fuente de la Sierra de Segura, junto al río que lleva el nombre de la comarca, tiene cuatro caños robustos por donde mana el agua sin cesar con el marchamo de la tierra, siempre clara y fresca. No importa la estación del año en la que la visitemos.
Enmarcada con mampostería de piedra, le da carácter el arco de medio punto trazado sobre los caños y el pilar que no se han librado de manos ajenas al civismo. Vieja, como descuidada, atesora un íntimo ecosistema de líquenes y ovas mullidas que flotan junto a los abanicos de burbujas que rompen del chorro de los caños. Las llaman camas de rana. Pueden parecer leves, pero mantienen a flote los cuerpecillos saltadores de esos anfibios que croan al sol sobre su verdor cuando no las incomoda ningún intruso mientras suena, invariable, el bolero del agua.