Contrapunto de olivos
Área Metropolitana, con “Tocata y fuga en D menor” de Johann Sebatian Bach, por Gert van Hoef

Siempre fue generosa para los cultivos esta vega del Guadalquivir y su agua bendita para el riego. Desde el cielo del Área Metropolitana jiennense el espectáculo es magnífico. El bosque olivarero, que fue creciendo exponencialmente a costa, sobre todo, de la tierra para el cereal, es imparable. Alcanza incluso las faldas de sierras y montes. No da más de si la superficie cultivable.
El presente apunta al olivar de alta densidad que en estas tierras ofrece una panorámica impresionante de hileras trazadas con regla. Cohabita con el tradicional y apunta a un futuro muy cercano en el que el intensivo, como la plantación que capta la cámara en vuelo, se abre paso cada vez con más pujanza. Así se configura esta campiña, a base de olivos en contrapunto, alguna mancha de tierra donde verdea el cereal, los sotos en largas y estrechas riberas, los caminos, las cortijadas y los pueblos salteados entre el verde de su bosque.