Un repaso por la vida y obra de Francisco Ferrer Lerín a través de sus mejores críticas

Torredonjimeno acoge la presentación de las obras “Apud” y “Memoria de los sueños”, en la que también interviene el autor acompañado de Joaquín Fabrellas y José Calabrús

05 nov 2025 / 09:40 H.
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Fruto de su mente privilegiada, a veces hace arte casual, otras veces psicofonía y otras simplemente verso”. Son palabras de José Calabrús acerca de Francisco Ferrer Lerín. El arte casual, por definición, no se puede hacer, pero sí recopilar.

Los salones del Círculo La Unión de Torredonjimeno, en el número 5 de la Plaza de la Constitución, acogieron anoche la presentación de las obras “Apud. Textos críticos sobre arte casual en la obra de Ferrer Lerín, coordinado por Joaquín Fabrellas”, y “Memoria de los sueños”, en el que también tomó parte el propio autor. En el acto, “Conversación con Francisco Ferrer Lerín. Del arte casual a la fortuna crítica”, departieron con el protagonista Joaquín Fabrellas y José Calabrús.

Con una asistencia de público sobresaliente, los tres ahondaron en el concepto de arte casual a través de las críticas a la obra de Ferrer Lerín, que —dice Fabrellas— “trasciende fronteras”, él, no la critica.

El primer libro, “Apud”, surge de las conferencias que ofrecieron Carmen Aguayo, Juan Manuel Molina Damiani, Ferrer Lerín y Joaquín Fabrellas en torno a la influencia del arte casual para el arte en sí mismo. “Lo que hace el autor es ensamblar muy bien”, precisó.

Entonces, Ferrer Lerín disertó sobre cómo el mundo “pierde la memoria y lo que puede ser creación desaparece”. “Uno cada vez se apoya más en lecturas. Mi libro es una especia de rompecabezas en el que aparecen piezas de un sitio y de otro. Yo leo literatura barata, cosas que están tiradas en los contenedores y que me llaman la atención”, agregó para añadir segundos más tardes una de las reflexiones de la tarde: “La basura no solo es uno de los grandes negocios, sino que es una fuente inagotable de conocimiento”. Lo dijo mientras Fabrellas proyectaba la fotografía de un colchón de esponja que parecía un torso, “hecho torso”, apuntó literalmente. “Una Venus”, apreció alguien entre el público. “Es arte donde nadie pretendió hacer arte”, culminó Ferrer Lerín, y eso es el arte casual, un término que acuñó en Torredonjimeno, confesó el autor.

“¡Es revolucionario!”, exclamó la misma voz entre el público. “Es que yo soy revolucionario”, respondió Lerín, que seguidamente preguntó retóricamente —con clara respuesta negativa— si alguien que no tuviera nociones de arte contemporáneo entendería qué es el arte casual.

“Memoria de los sueños” se presenta como el esqueleto de un buitre, el mismo que ilustra su portada, y nació del intento —y la ejecución— de Fabrellas de recopilar en un libro todo lo que se ha escrito sobre Ferrer Lerín, una “locura” —confesó el propio autor—, pero al fin y al cabo la ocurrencia de un loco que hoy es una realidad: “El resultado eran 1.500 páginas de material crítico y se quedó en 450. Hay 31 autores, periodistas. Cuando lo releí, lo vi como una especie de novela coral, una autobiografía, como caleidoscópica, que encierra toda la crítica recogida desde 1964”.

Autores como Molina Damiani definen a Lerín como un escritor de frontera en la Barcelona de los sesenta. Él, de acuerdo con esa afirmación, se afana en aclarar que Barcelona no es hoy lo que era porque quizá su arte dejó de ser casualidad.

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