Un homenaje a la altura de un cantaor inmenso como José Mercé

El artista protagonizó la 57 edición del Festival de Arte Flamenco de Pegalajar

04 ago 2025 / 12:00 H.
Ver comentarios

Más de medio siglo de existencia da para mucho. Las vivencias acumuladas en el aire serrano de Pegalajar siguen resonando en las cabezas de los afortunados que han visto pasar a los mayores referentes del flamenco por el municipio de la comarca de Sierra Mágina, en una cita veraniega marcada en el calendario por los aficionados a este género. Son ya 57 las ediciones celebradas del Festival de Arte Flamenco de Pegalajar, el más antiguo de la provincia, por el que ha pasado lo más granado del género: Camarón de la Isla, Paco Cepero, “La Paquera”, Terremoto de Jerez, Manuel “El Morao”, Enrique Morente y una infinitud de artistas cumbre del panorama flamenco nacional. Esta edición, dentro de la excelencia anual del cartel, no iba a ser “una más”. La Peña Cultural Flamenca de Pegalajar anunció que estaría dedicada al cantaor jerezano José Mercé, uno de los mayores referentes del flamenco de los últimos cuarenta años. Un creador y visionario que también es uno de los artista flamencos más vendidos de la historia.

Un cartel que llamaba a no perderse una cita ya tradicional y que acarrea a cientos de almas, sobre todo con lo particular de este año. José Mercé, quien acudió por primera vez al municipio de Sierra Mágina en 1989, estaría acompañado en el cartel por Rancapino Chico, Esther Merino y José Canela al cante; Antonio Higuero, Niño Seve y José de Pura al toque, y al baile Rocío Martínez, acompañada al toque por Juan Moreno y al cante Belén Vega. Con esta premisa, en el auditorio municipal de Pegalajar no cabía ni un alfiler pasadas las once de la noche, que fue cuando por fin dio comienzo a una velada inolvidable. José Canela fue el encargado de poner a tono al público pegalajareño, el nacido en la zona de Campo de Gibraltar se remangó para dar pie a la actuación estrella de la noche. Tras la breve introducción del presentador de la gala, José Sanz, salió el de Jerez de la Frontera al escenario ante una tromba de aplausos y vítores. Mercé, nacido como José Soto Soto, señaló que era “un honor” volver a un sitio en el que había actuado varias veces. “He estado aquí muchos años, que ahora se hace aquí, pero yo he actuado allí cuando se hacía en La Charca”, resaltó el cantaor.

Mercé comenzó su actuación por martinetes y tonás, dando una muestra de lo que sería la actuación, una demostración de fuerza y de compás. Con Antonio Higuero a la guitarra, siguió por soleá y seguiriya. Tras estos palos, se dirigió al público con la familiaridad de quien se siente como en su casa. “Esto es el flamenco, es la esencia, la pureza de ser andaluces. Esto es lo que tiene que defenderse”, comentó Mercé durante el recital. Arrancó entonces por fandangos, que hicieron vibrar al público con su voz quebrada y fuerte.

Como se suele hacer, lo mejor se deja para el final y terminó con los palos por los que es figura, alegrías y bulerías, para enfervorecer a una audiencia rendida a él.

El auditorio era un clamor e hizo que Mercé volviese a sentarse a cantar el himno que le persigue allá donde va. “Aire” sonó con la ayuda de un público que hizo los coros y que se rompió las palmas cuando el jerezano acabó de entonar. Tras su magistral actuación tocaba el turno de reconocerle y el alcalde, Manuel Carrascosa, le hizo entrega de un olivo de plata y el cartel de esta edición. Una cumbre alcanzada y una estela difícil de llenar, pero que se solucionó muy bien con el talento de Rocío Martínez, Esther Merino y Rancapino Chico, en una cita repleta de duende.

Cultura