Por Paco Segura, lo que quieras
Andrés Ortiz Tafur alaba el reconocimiento que recibirá el artista genavero el próximo 23 de agosto, en el embarcadero de Siles
“Por Paco Segura lo que quieras”, fue la respuesta que me dio Juan Espejo –director de este periódico– cuando le propuse buscar una fecha y un lugar para homenajear al cantautor genavero. A Miguel Heredia, presidente de la Asociación Flamenca Sierra de Segura, ni siquiera tuve que preguntarle: en lo concerniente al arte y al reconocimiento de las personas que lo propician, él es el hombre que vigila el manzano de Newton para que ningún fruto se lastime al caer al suelo, y Paco Segura, claro, la manzana más valerosa. Las explicaciones con Pedro Cátedra siempre sobran, da igual la cuestión de la que se trate: él está ahí, dispuesto, sabedor de que la generosidad no se describe, se hace. Y Ricardo Castillo, alma mater de Radio Sierra, viene peleando por situar la figura de Paco en el lugar que merece desde al año 1.500 antes de Cristo, como el dinosaurio de Monterroso: cuando desperté, él ya estaba ahí.
Contra todo pronóstico, involucrar de una u otra forma en el proyecto a los alcaldes de los trece municipios que conforman la Sierra de Segura ha resultado sumamente sencillo: por una vez –que ojalá sirva de precedente– las siglas de los partidos a los que representan han perdido todo su peso en favor de Paco, de la idea unitaria que encierra Paco, y todavía perduran el cariño, la admiración y la gratitud que le brindaron –todos a una– el pasado 16 de julio en la cima de El Yelmo, durante el acto de presentación del concierto que llevó a cabo, en tan significativo e insigne lugar, Diario JAÉN. Tampoco ha entrañado dificultad alguna convencer a los artistas que abrigarán a Paco el próximo 23 de agosto en el embarcadero de Siles: pese a la fecha, todos con los que hemos contactado –sin excepción– han aparcado sus compromisos o vacaciones y han respondido con un “sí” rotundo a la invitación.
Mariano Ojeda, presidente de la Asociación Flamenca Rocío Márquez, levantó la mano en cuanto supo de esta historia: “Para lo que haga menester” –él nunca falla–; Casi Morcillo, el amigo del alma de Paco, el que lo acompañó a Madrid en aquellos gloriosos años 80, no lo deja solo, lo llama todos los días, lo tantea, lo tranquiliza; lo mismo que Alicia, que José Pedro, que su primo Marcos... Resulta curioso: el único sorprendido ante esta plena aceptación –e implicación– en este proyecto es Paco, que no termina de entender por qué tanta atención sobre su persona, si él solo toca la guitarra, solo canta, solo escribe canciones... Ay, Paco, lo que te queremos.