Pachi Muñoz infunde la comedia lorquiana en Albanchez de Mágina
“En lugar de ambientar la representación en los años treinta, pensamos en trasladarla a los setenta”, comenta el director de la obra, Pachi Muñoz

LA ENTREVISTA
A pesar de que viva en Navarra, la distancia no ha sido impedimento para que Pachi Muñoz Gómez (Pamplona, 1988) regrese por todo lo alto al pueblo que lo vio crecer. Albanchez de Mágina acogió, el pasado sábado, la representación que Muñoz realizó de “Bodas de sangre”, la tragedia de Federico García Lorca. Con un toque contemporáneo, el director, productor y asistente técnico de la prestigiosa compañía de teatro Speculum vitae representó la obra en el Salón Social del municipio. El acto se repite el día 16 de agosto, cambiando la comedia por el drama, con otra de sus representaciones, “Doméstica”. Muñoz se siente satisfecho por el esfuerzo realizado de trasladar a sus 15 componentes para llevar a cabo esta pequeña gira en Jaén. Un recorrido que no descarta ampliar si tiene el apoyo necesario, informa Alberto Sánchez.
—¿Por qué eligió esta obra de Lorca?
—Por pura cuestión personal. “Bodas de Sangre” siempre me llamaba la atención por sus personajes, puesto que yo veía en ellos influencias de mi propio pueblo, Albanchez de Mágina. Así que decidí darle una vuelta a la forma de interpretarla, con una visión contemporánea del elenco.
—¿A qué se debe la juventud del mismo?
—Somos una compañía de teatro joven, afincada en Navarra y que cuenta con más de 15 años de trayectoria en este ámbito. Cuando tuve la idea de este proyecto, en un taller de trabajo, se la comenté al equipo y me encontré con disposición para llevarla a cabo. Hay buena cantera, sin embargo, cada vez que trabajo con sus currículum o candidaturas a proyectos, me desanimo. En la industria, que hoy está sobrepoblada de artistas, priman criterios no artísticos. Pero, aún así, en este grupo tenemos incluso a actores profesionales con formación en escuelas importantes.
—¿Cuál es su propósito con esta representación?
—Yo he querido traer esta obra a mi pueblo para poder ofrecerles una oportunidad única y especial. Tenemos mucho renombre en certámenes con otras producciones y pensé en traerla a mi hogar de siempre. Realmente no tienen oportunidades de ofrecer cultura y espectáculos a este nivel, puesto que el proyecto conlleva unos gastos que, normalmente, pueblos de mil habitantes no pueden costearse. Me hacía mucha ilusión traerla porque también era una forma de darme a conocer entre mis vecinos. Aquí soy uno más, pero muchos no conocían esta faceta. Al concluir el primer pase del otro día, vi sus caras y fue un momento mágico. Me miraban con otros ojos.
—¿Cómo ha conseguido mantener el relato?
—Desde el primer momento, el equipo y yo tuvimos claro que no tocaríamos ni una coma del texto para que, así, la gente pudiera seguir contemplando la obra original. En lugar de ambientar la representación en los años treinta, como hizo Lorca, pensamos en trasladarla a los setenta. Este cambio conllevaba una modificación en los personajes, puesto que los queríamos tratar desde una España que seguía adelante y resistía tras la guerra. Con esta modificación, buscamos incorporar el estilo esperpéntico y contemporáneo de Valle Inclán. Por tanto, creamos nuevos personajes que se adaptan a situaciones similares a las de la época de referencia del texto.
—¿Cuál está siendo el recibimiento del público?
—Muy valioso, porque realmente veo valorado el trabajo y la oportunidad que tienen con el teatro. Y es muy satisfactorio para mí, porque ha sido mucho esfuerzo traer hasta un pueblo remoto a todo el equipo y los materiales necesarios.