María José Gutiérrez Valdivia : sentimientos convertidos en tinta

La escritora valdepeñera publica su nueva obra llamada Ira

02 may 2025 / 06:00 H.
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LA ENTREVISTA

Bajo el seudónimo de María Vagut, la escritora valdepeñera María José Gutiérrez Valdivia, lleva décadas viviendo entre palabras, aunque su carrera literaria haya despegado públicamente en los últimos años. Tras sorprender con su poemario “Malas hierbas”, ilustrado por su hija Ainhoa Se, y su aplaudida novela “Lágrimas que llenan el océano de agua salada”, la autora vuelve al panorama literario con Ira, una obra que ya está conquistando a los lectores. Se trata de un thriller psicológico que ahonda en los traumas y las emociones más profundas del ser humano.

—Empezó a escribir desde muy joven. ¿Cómo fueron aquellos inicios en el mundo literario?

—Empecé a escribir con unos 12 años más o menos. Por aquel entonces escribía poesía, relatos cortos, prosa poética... Casi una novela larga. Siempre he tenido esa necesidad de volcar mis emociones en el papel. Nunca dejé de escribir del todo. En 2024 publiqué Malas hierbas, un poemario ilustrado por mi hija Ainhoa Se. Poco después llegó Lágrimas que llenan el océano de agua salada, que es un thriller psicológico, y en 2025 he sacado la segunda parte que es Ira, otro thriller psicológico.

—¿Cómo vivió ese salto de escribir poesía al thriller?

— Es muy diferente. Escribir poesía y escribir novela es como pasar de la noche al día. Los poemas son más concisos, requieren una escritura contenida, mientras que las novelas, sobre todo los thrillers, exigen una estructura compleja, que todo encaje, que lo que has dicho al principio encaje con el desenlace final. Son formas de escritura totalmente diferentes. Para mí ha sido todo un reto, y una experiencia enriquecedora.

—Sus novelas tienen un ritmo trepidante, pero también una profundidad emocional. ¿Cómo construye a sus personajes?

—Trabajo mucho por instinto, por imágenes que me vienen a la cabeza como si fueran escenas. No sigo una metodología fija. Esas imágenes las escribo y luego voy “cazando” la historia a partir de ahí. Los personajes de la historia se van formando en ese proceso. No me inspiro en nada concreto, aunque siempre se cuela algo de lo vivido, de lo que has sentido, de personas que conoces.

—¿Cómo ha sido la acogida de Ira desde su publicación?

—Está gustando mucho, incluso más que Lágrimas que llenan el océano de agua salada, y eso que es un libro más profundo y más duro. Creo que el lector empatiza más y nos sentimos más cerca con el dolor real, con lo que podemos tocar, y mis novelas tienen mucho de eso. De momento está gustando mucho y en Instagram están haciendo muy buenas reseñas de la novela, la verdad que estoy muy contenta. Las personas que lo han leído me han dicho que es como un pellizco en el pecho, esa sensación de que ha dolido, de que ha impactado.

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