Manuel Vallejo y la conservación de la “tradición hablada”
Dichos, retahílas y letras que testifican una época ya pasada en su nuevo libro

LA ENTREVISTA
Con el paso de los años la tradición oral se está agotando. Y Quesada no es inmune a esto. Manuel Vallejo Laso, a través de la publicación de “Cuando en el pueblo nieva, qué será en la sierra. Y las madrugás de Quesada”, trata de que la cultura y la literatura oral de la población que lo vio nacer, no quede en el olvido. Su experiencia laboral a cargo de la Biblioteca Municipal, la Casa de la Cultura y el Museo Zabaleta, le otorgan una visión privilegiada de la transmisión de conocimientos a través de retahílas, dichos y coplillas que sobrevivieron generación tras generación.
—¿Por qué este libro y por qué en este momento?
—Ahora tengo tiempo (ríe). Este libro es una recopilación de más de 30 años de cosas que me han ido llegando a través de mis vecinos, de diferentes lugares, en los que prestaba atención a lo que decía y contaba la gente. El contenido se remonta de lo general a lo concreto, que en este caso es Quesada. La influencia de la cultura árabe nos hace especiales, traduciéndose en cantes como las madrugás que son composiciones que ya no se oyen, y que tienen su equivalencia en las canciones mineras que se cantaban en poblaciones como La Carolina.
—¿Son las madrugás uno de los ejemplos de cultura oral que ya se han perdido?
—Exacto, estos cantes, que tenían dos vertientes, la laboriosa y la festiva, desaparecerían en torno a los años 50 del pasado siglo. La primera de las variantes se cantaba cuando se iba a trabajar, pero después estaba la segunda que era más “canalla”, y se entonaba en ambientes festivos hasta altas horas de la mañana. Claro, esto hacía que las letras fueran muy lujuriosas porque la gente, ya bebida, se inventaba la composición sobre la marcha, sin pensar.
—Esto explica la segunda parte del título, ¿a qué se refiere con la primera expresión?
—Es una expresión que decía la gente mayor, y que se usaba cuando pasaba una mujer guapa con el pelo abundante y frondoso, haciendo referencia a la cantidad del pelo en la cabeza. Ya puedes imaginar por dónde van los tiros. Yo no justifico estos dichos, pero es parte de una cultura machista que era la que reinaba en la época.
—Por lo que usted cuenta, ¿puede que haya gente que no comparta esta recopilación?
—Es que eso es lo que se escuchaba en las plazas y en las casas. Las personas de antes hablaban con refranes, contestaban con coplillas o con dichos, que sí, que eran machistas, pero forman parte de la sociedad de la época. Esta recopilación hay que mirarla con los ojos de ahora, pero no se puede perder porque sería perder una parte de la historia, no solo de Quesada, sino de muchos municipios. Es más, hasta la Biblia, que tanto daño a hecho, en su libro “Deuteronomio”, justifica divinamente al hombre sobre la mujer.