La banda “Hijos del Olivar” llevará el indie metal a los Ciclos del Rock
Juan Pedro Roa, vocalista del grupo, cuenta que el repertorio de este sábado estará compuesto por canciones movidas que hagan que la gente disfrute y se mueva

LA ENTREVISTA
Juan Pedro Roa Muela es el vocalista de Hijos del Olivar, una banda que se ha convertido en una de las grandes propuestas emergentes del panorama jiennense. Nacida en el año 2023, la banda apuesta por un sonido que viaja entre el rock progresivo, el rock alternativo y el metal alternativo, con diversas influencias en el mundo de la música. Su objetivo es claro: hacer unas canciones que no solo se escuchen, sino que se vivan y se sientan, generando empatía con las historias que cuentan en sus letras. En este corto pero intenso camino, el grupo, integrado también por Alejandro Roa, Jorge Liébana y Jesús Moreno, ya ha publicado su primer disco, “109 Valles”, y ha pasado por escenarios de citas académicas, graduaciones y conciertos solidarios de rock y metal, dejando huella con su directo. Este sábado regresará a los Ciclos de Rock, en los Baños Árabes, por segundo año consecutivo.
—¿Cómo surge la idea de formar Hijos del Olivar?
—Nosotros siempre hemos estado muy unidos por la música, desde pequeños. Jesús, nuestro guitarrista, es mi primo, y siempre estábamos tocando algo. Hace un par de años empezamos a pensar en montar un grupo en serio. Yo cantaba, mi hermano tocaba la batería, Jesús la guitarra... y al final nos juntamos con un bajista amigo nuestro. Ahí nació de verdad Hijos del Olivar.
—¿Cómo definiría el estilo musical del grupo?
—Yo lo definiría como indie metal. Para mí es como una mezcla entre rock alternativo, progresivo y metal alternativo. Por ejemplo, nuestra canción Libertad es muy progresiva, pero siempre intentamos darle ese toque alternativo y personal a nuestras actuaciones.
—Sus canciones tienen un fuerte componente narrativo. ¿Qué significa para usted contar historias a través de la música?
—Para mí Hijos del Olivar es un intento de unir la música con la salud mental y la prevención. Nuestro primer disco, “109 Valles”, trata mucho sobre esto. La canción “Cicatrices en el alma”, por ejemplo, la compuse en un momento muy duro, con pensamientos oscuros, y habla de pedir ayuda cuando estás abajo del todo. Es importante que las canciones no solo suenen bien, sino que transmitan.
—¿Cómo nació la idea de grabar el disco 109 Valles?
—Siempre habíamos estado componiendo canciones de broma, sin más. Pero un día nos pusimos en serio. La primera que trabajamos fue Libertad, que empezó siendo casi una canción de Disney, pero poco a poco fue tomando forma. Luego surgieron otras como Otra noche sin luna, que nació de mi primo afinando el bajo; yo me puse a cantar encima y nos gustó. Y así fue tomando cuerpo el disco de 109 Valles.
—Han tocado ya en diferentes escenarios. ¿Algún concierto que recuerde con especial cariño?
—Sin duda, el primero en los Ciclos de Rock del año pasado. Fue el primer concierto que preparamos de verdad, y salimos con mucha ilusión. También recuerdo el concierto solidario por Palestina que hicimos en marzo. Al día de los Ciclos de Rock le tengo mucho cariño porque fue el que mejor nos preparamos, y el de Palestina fue en el que salí del escenario convencido de que ya no éramos unos novatos: sonábamos como una banda en condiciones, ya éramos un grupo de verdad, era algo más serio.
—Este sábado volverán por segunda vez a los Ciclos de Rock. ¿Cómo se sienten?
—Siempre hay nervios, pero también muchísima ilusión. Para nosotros no es otro concierto más, es una oportunidad de darlo todo. Tenemos la sensación de que cada vez vamos a más, y este sábado queremos demostrarlo. El repertorio será una mezcla de rock con metal, canciones movidas que hagan que la gente disfrute y se mueva.