Jesús Herrera: “Si haces algo nuevo en la Filarmónica de Londres, puede ser algo innovador en todo el mundo”

El linarense es el nuevo director artístico de la orquesta londinense, todo un referente a nivel nacional e internacional en sus cien años de actividad

19 abr 2025 / 08:00 H.
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LA ENTREVISTA

Hace años que el linarense Jesús Herrera trabajó por primera vez en la capital británica, pero fue a finales del pasado mes de marzo cuando alcanzó su mayor éxito profesional en aquel país. Tras un concurso público en el que competía con gran cantidad de músicos de todo el mundo, fue elegido como el nuevo director artístico de la Orquesta Filarmónica de Londres. Un puesto con proyección internacional que elevará su figura a la mayor categoría mundial a partir de junio de este año.

—¿Cómo pasó de ser músico a dedicarse a la gestión y dirección de orquestas?

—Cuando era estudiante en París empecé a organizar conciertos para amigos y compañeros, y vi que era una cosa que me encantaba. Poco a poco se fue volviendo algo más serio y profesional, hasta tal punto que me di cuenta de que disfrutaba más. Hubo un momento en que decidí hacer el máster de Gestión Musical en París, en la Universidad de la Sorbona. Después de varias experiencias me volví a España, pero ya había trabajado en Londres antes de la pandemia. Luego todo se paró y fue entonces cuando me nombraron gerente de la Orquesta de Castilla y León, donde estuve algo más de tres años. El año pasado volví a Inglaterra a organizar giras de orquestas por todo el mundo.

—¿Cuándo decidió presentarse al concurso para este puesto?

—Bueno, tras aquellas giras, la orquesta escuchó hablar de mí. Así me contactaron para preguntarme si yo estaría dispuesto a presentarme. Fue muy competitivo, creo que se presentaron alrededor de noventa personas de todo el mundo, todas de muy alto nivel. Al final fue todo bien y me incorporo a mitad de junio. .

—¿Cómo cree que será la experiencia de trabajar con una orquesta de este calibre y, sobre todo, de otro país?

—Lo más difícil es entender cómo funcionan allí. En la de Castilla y León todo está muy vinculado a la Junta de Castilla y León, y todo tiene unos procesos burocráticos muy específicos de España. La Filarmónica de Londres tiene un modelo totalmente distinto. De dinero público en su financiación sólo tiene el 15%. Otro 15% de patrocinios privados, y el resto, del dinero que se genera haciendo giras internacionales y de las entradas de los conciertos. El tipo de mentalidad, de ritmo de trabajo, de las prioridades que se plantean, es completamente distinto. También me enfrento, en ese sentido, a una manera diferente de entender la cultura. Eso sí que es un reto.

—¿En ese cambio de paradigma, o de sistema del que habla, siente que una orquesta puede llegar a ser más productiva y creativa en su labor?

—Todo tiene su parte positiva y negativa, creo que se gana por un lado, y se pierde por otro. En la orquesta de Castilla y León, por ejemplo, teníamos el lujo de gozar de bastante tiempo para montar y ensayar los programas. Eso, a nivel artístico, era muy bueno porque los preparabas a lo largo de la semana, y la música se integraba de una manera muy natural en los músicos. En Londres no hay tiempo para eso, tienes que alquilar el espacio de ensayo por horas, y como todos los músicos son autónomos, quizá estén trabajando en otros proyectos de manera paralela, así que se montan dos o tres programas cada semana, en lugar de uno. Eso es más eficaz, pero dificulta mucho que el nivel de comprensión musical y demás sea tan profundo.

—En Castilla y León impulsó distintos proyectos que hicieron progresar a su orquesta y a su gestión interna. ¿Qué tienes en mente para la Filarmónica de Londres?

—Las cosas que se pueden hacer allí son muy distintas, porque la Orquesta de Castilla y León se fundó en el año 1991. Tenía treinta y pocos años y estaba llegando a la madurez de su vida, que es cuando se podía dar el salto cualitativo y hacer cosas nuevas. La Filarmónica de Londres lleva casi cien años activa, y ha sido un referente a nivel mundial, por eso hay un legado mucho más intenso, y un posicionamiento líder. Lo importante es saber cómo beneficiarte de ese legado y seguir manteniendo ese nivel, sobre todo sabiendo que todos te están mirando. Pero también debes mirar hacia delante y ver cómo construir el futuro de la música clásica. Para resumir: si hacías algo nuevo en la Orquesta de Castilla y León era algo nuevo allí. Si lo haces en la Filarmónica de Londres, puede ser algo innovador en todo el mundo.



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