El torreño Fernando Miras reflexiona sobre la ética partidista en su nueva obra

El autor presenta “Las sombras de la política” este miércoles, 26 de noviembre, en el Patronato de Asuntos Sociales

24 nov 2025 / 09:06 H.
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LA ENTREVISTA

Ana Lechuga. Fernando Miras Moreno es natural de Torreperogil. Ha sido profesor de Lengua y Literatura Españolas en distintos institutos, terminando su labor docente en “El Valle” de Jaén. Autor de obras como “Poemas de Soledad” o “Un largo camino”, presenta su última incursión literaria que aborda temas tan fundamentales como la ética, los principios morales, el funcionamiento de los partidos y la decepción ante un mundo que nace con ilusión y esperanza y muere con cansancio y decepción. Y es que, como sostiene su protagonista: “No todo vale en política”. Fernando Miras presenta “Las sombras de la política” este miércoles, 26 de noviembre, en el Patronato de Asuntos Sociales.

—¿Anima a levantar la voz ante cualquier tipo de injusticia?

—Hay gran parte de esa premisa en el libro. Antonio, el protagonista, lo que quiere es despertar a sus paisanos y transmitirles que deben ser ellos mismos quienes se preocupen y ocupen de sus problemas. Es la idea primera, y que se transmite también al lector, la reivindicación. Si quieres luchar por algo, tienes que implicarte, y no sentarte a esperar que venga nadie a hacerlo por ti.

—La política y su funcionamiento es el eje de la novela.

—La política en el libro está vista desde los ojos de quienes sueñan, luchan y se decepcionan. La trama gira en torno a los pasos que el protagonista da para implicarse en política, tomar partido, hacerse militante, luchar por eso que cree, y al final todo es un sueño, porque esa lucha no tiene fin y se decepciona.

—¿Qué no funciona en política?

—Yo trato de que se vea el funcionamiento interno de los partidos. No hago un planteamiento de la lucha, los enfrentamientos entre distintos ideales. Quizá los ciudadanos no conocen el funcionamiento interno de los partidos, donde hay zancadillas y traiciones sistemáticas que hacen que los que son idealistas, al final queden orillados, porque a los que dirigen los partidos no les interesa esa conciencia de Pepito grillo que les está diciendo lo que no está bien. Estos son los que acaban decepcionados de la política. Antonio se implica con mucha fuerza por luchar por aquello que cree, y al final ve cómo su ideal se desvanece. En realidad no son los votantes, ni los adversarios políticos quienes le han hecho desilusionarse, sino sus propios camaradas, sus compañeros.

—¿Existe en su obra una crítica a la forma de hacer política?

—No hay una crítica a los partidos políticos, porque el partido en sí no es malo, al contrario, es bueno porque están ahí por mejorar la vida de la gente. Estaría más dirigida al funcionamiento interno del partido que al propio partido. Quienes dirigen, quienes controlan, son los que de alguna manera hacen que ese movimiento deje en algún momento de ser positivo por unos intereses que los ciudadanos no conocemos. Antonio ve la política de una manera clara, ética, honrada y honesta.

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