El arte jondo, seña de identidad de la Besana Flamenca en Porcuna

El festival, uno de los más longevos de la provincia, deleitó al municipio con un poderoso elenco de artistas sobre el escenario

31 ago 2025 / 18:48 H.
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El arte flamenco vuelve a protagonizar una jornada inolvidable en Porcuna. Lo hizo a través de la cuadragésimoséptima edición de Besana Flamenca, una de las citas que abrió la programación de la feria real del municipio. Con un éxito absoluto y la máxima ocupación de la caseta municipal, los asistentes disfrutaron de un acto cultural, donde celebraron la salud, la vida y el arte flamenco. Se trata de un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Porcuna junto con la estrecha colaboración de la Peña Flamenca La Temporera. Así, el presentador José Manuel Salas del Pino dio paso a la apertura de la jornada, donde agradeció a las entidades colaboradoras por “mantener la llama viva durante tantos años”, así como a todos aquellos aficionados que no desaprovecharon la ocasión de disfrutar en primera persona de esta jornada cultural tan enriquecedora: “Que viva el flamenco y que viva Porcuna, porque Porcuna es torre de historia y cantares, de sueños y olivos centenarios, donde el aceite brota de sus altares y el flamenco suena por sus barrios”, afirmó Salas.

En el acto estuvieron presentes varias figuras respaldadas por una prestigiosa trayectoria en el mundo del flamenco, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Comenzó la noche con la actuación de El Caracolillo de Cádiz, quien posee una voz que ni se imita ni se aprende. Es un talento único y el reflejo de una tradición que respira, que se adapta sin perder las raíces de los rincones gaditanos, y que emociona con la verdad desnuda del cante flamenco. Llegó acompañado por las magníficas palmas de Naim Real y Luis Monje de Quijote, así como del guitarrista Paco León, a quien también le respalda una notoria trayectoria profesional en el mundo del flamenco. Tras su brillante actuación, llegó el turno de Crespo Zapata. Estuvo acompañado por el guitarrista Manuel Herrera, uno de los más destacados y respetados del panorama actual.

Acto seguido, los asistentes pudieron disfrutar en Porcuna, catorce años después, de la voz de Esperanza Fernández, una de las más poderosas y reconocidas. Nacida en Sevilla, en el seno de una familia gitana, adquirió un enorme conocimiento y pasión que reflejó sobre el escenario. Con un gran dominio técnico y una evidente expresividad, Esperanza Fernández fue capaz de mostrar una voz rica en matices, desgarrada cuando el momento lo requiere, y dulce en los momentos más íntimos del cante. Estuvo acompañada por el guitarrista Chaparro Hijo, quien creció absorbiendo el conocimiento, cante y arte flamenco.

También estuvo presente el baile a través de una excelente artista, como es Carmen Álvarez, natural de Arjona. Sobre el escenario es la máxima representación de fuerza y poderío. Llegó con el talento de Paco de Dios a la guitarra, así como el cante de José “El Caja”, Carmen García y la percusión de Luis Miguel Cruz.

Acto seguido llegó el turno de Ezequiel Benítez, muy esperado por el público por su entrega a través del flamenco. Se trata de una de las voces más profundas y sentidas; hijo de las tierras jerezanas, buscó expresar una verdad que duele y emociona. Cuenta con una carrera consolidada y varios discos aclamados por la crítica. Sobre el escenario, estuvo acompañado por el prestigioso guitarrista Paco León, así como por las brillantes palmas de Tate Núñez y Naim Real.

Para concluir las actuaciones individuales, el maestro Pedro el Granaino puso el broche final. Un estilo que no se forjó en una escuela académica, sino en las calles y peñas flamencas de su ciudad natal, y en la escucha respetuosa de los grandes. Un artista que no se dedicó a interpretar, sino a sentir. A las palmas, sus compañeros Naim Real y Miguel Heredia.

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