El fiasco de la Policía Local en Alcalá la Real
Una situación, cuando menos, llamativa. El proceso selectivo para cubrir cinco plazas e la Policía Local se convierte en un fiasco, ya que al menos dos de los puestos quedarán vacantes. ¿Qué ha ocurrido? Simplemente que la prueba del conocimiento ha supuesto una auténtica escabechina, de manera que de los 155 aspirantes convocados al examen solo han aprobado tres. Los otros han sido declarados no aptos o directamente no se presentaron. Esto ocurre cuando todavía quedan por delante otras pruebas, como las de tipo físico o los supuestos de tipo práctico.
El concejal de Recursos Humanos, Baldomero Andréu, indica que, ante el resultado habrá que hacer nuevas convocatorias para cubrir plazas y que se intentará acortar los plazos. Incluso se contempla un acrecimiento para compensar las bajas que se han producido. Nuevas bases para acortar plazos. El edil espera que no haya problemas de personal.
Sin embargo, la situación en el cuerpo no es precisamente sencilla. De hecho, en la misma convocatoria había una sexta plaza cubierta por movilidad. El agente que la ocupó, nada más tomar posesión, ha pedido una excedencia. En definitiva, la Policía Local de Alcalá la Real no está sobrada de efectivos, con una situación en la que se suman bajas laborales, marcha de funcionarios a otros municipios y el paso de algunos, por edad, a segunda actividad.
Según fuentes policiales, actualmente hay poco más de quince agentes de calle, sin contar otros como los que atienden el teléfono en segunda actividad y los dos mandos principales. El resultado, como constatan los propios componentes de la plantilla es que quienes están en activo tienen que realizar frecuentes horas extra, bien remuneradas, pero que repercuten en el exceso de trabajo y en dificultad la conciliación entre la vida laboral y familiar. En verano, la situación empeoró por permisos de paternidad y la presencia de compañeros en la academia donde se prepara el curso de oficial. Los componentes del cuerpo están a la espera, como parte de la solución, a que el Ayuntamiento apruebe, de una vez, la valoración de puestos de trabajo. Ya desde pasadas legislaturas, se mantienen demandas de mejoras en las retribuciones, cuestión a la que se atribuye la marcha de miembros de la plantilla, una vez aprobado el proceso selectivo y tomada posesión, hasta otros municipios donde se gana más dinero.
De hecho, en las oposiciones realizadas durante los últimos años, la situación ha sido sistemática de manera que buena parte de quienes deberían haber engrosado la dotación del cuerpo se han marchado, después de un proceso formativo que también ha repercutido en las arcas municipales. Los próximos años resultarán fundamentales para garantizar el reforzamientos de integrantes en el seno del cuerpo, que, más allá de apoyo a la seguridad, tiene competencias propias como las relacionadas con el tráfico.
Sin embargo, las convocatorias tendrán que ser más certeras que la actual, de manera que, sin entrar en la preparación de los aspirantes, se consiga, al menos, cubrir el número de plazas que se saquen de manera gradual.