La Hermandad de Donantes reparte emoción, orgullo y vida
La condición humana es tan imperfecta como impredecible. Capaz de lo peor y de lo mejor. En esta ocasión, la cara amable salió a relucir con todo su esplendor. La cuadragésimo sexta Asamblea General Ordinaria de la Asociación-Hermandad de Donantes de Sangre de Jaén, congregó ayer a más de 150 personas, entre voluntarios, donantes y personal de la propia entidad para celebrar un año de bienes, pese a que nunca es suficiente cuando lo que está en juego son las vidas de los pacientes que esperan el regalo más preciado. El 2024 podría calificarse como próspero en cuanto a las donaciones de sangre y plasma en la zona de influencia de la Hermandad de Donantes: 14.753 dádivas para mantener la esperanza viva.
Julián Latorre, presidente de la asociación, atendió a este diario antes del comienzo de la asamblea, confesando lo que era un secreto a voces entre sus conocidos: daría un paso al lado tras el congreso. Más de 40 años ligado a la asociación y 15 al frente de ella, hacen tener una perspectiva mucho más definida de la realidad, y por ello, para él, la parte más emotiva del acto que iba a presidir por última vez era lo que más ilusión le hacía, el reconocimiento de los donantes que alcanzaron las 10, 25, 50, 75, 100 y 200 donaciones. Porque sí, hay personas tan altruistas como Antonio Cuesta Moreno, capaz de regalar 200 dosis de vida.
Comenzó a llenarse el salón de actos de la Caja Rural de Jaén, en Ifeja, sobre las 12 de la mañana y lo primero que pidieron desde la mesa presidencial fue acordarse de los que ya no están y fueron tan importantes para otras personas a lo largo de su vida. Minuto de silencio en memoria de aquellos voluntarios y donantes que fallecieron a lo largo del año anterior e “Himno del Donante” para terminar de enternecer los corazones de los asistentes. Tomó la palabra Isabel Cano-Caballero, concejala del área de Sanidad del Ayuntamiento de Jaén, quien tendió la mano de la administración local a la Asociación para estrechar la colaboración y promover futuros proyectos. Pilar Luque y José Javier Peinado, representantes del Centro de Transfusión, Tejidos y Células de Jaén, también intervinieron, agradeciendo la labor desinteresada de los donantes y animándolos a proseguir con ella. El acto se cerró con una gran foto de familia, pañuelos en las mejillas por la emoción y una promesa: la Asociación-Hermandad de Donantes de Sangre seguirá estando al pie del cañón, al pie de la vida.