El retrato de Nicolás Ruiz por Ángel Llavero, CEO de Meltio

El perfil del rector de la Universidad de Jaén: de la empresa privada a la Legión y el agua fría
Ángel Llavero López de Villalta, CEO de Meltio, dibuja el perfil de Nicolás Ruiz Reyes, / Juande Ortiz.
Fran Miranda

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¿Cómo se conocieron Ángel Llavero y Nicolás Ruiz? Para descubrirlo hay que remontarse una década. “Allá por el año 2015, con la empresa... Sicnova, Meltio y ahora otras cuantas, con las que nos dedicamos al mundo de la tecnología y la innovación, estábamos en la calle Espeluy del Polígono Los Olivares. Se nos había quedado pequeño el espacio, no había posibilidades de conexión a internet a alta velocidad... En Linares, visitamos el nuevo Campus de la Universidad y encontramos unas instalaciones súper grandes y bonitas donde hay una instalación universitaria solamente de formación en Ingeniería y un centro tecnológico. Encontramos lo que entendíamos que podía ser el embrión para que empresa, universidad, centros tecnológicos y administraciones intentásemos trabajar por el desarrollo y la innovación”, relata.

Recuerda que, entonces, acababan de montar la primera fábrica. “Pasamos la transición de ser una empresa de comercialización a ser una de desarrollo de tecnología propia y necesitábamos es-tar muy vinculados. Ahí fue cuando yo conocí a Nicolás Ruiz. Estábamos dentro de la Universidad. No estábamos revueltos, pero sí juntos”, agrega Ángel Llavero López de Villalta, CEO de Meltio.

“Para hablar de Nicolás, lo primero que hay que decir es que es ingeniero en Telecomunicaciones y doctor por la Universidad Politécnica de Madrid. Comenzó su carrera profesional en la empresa privada, trabajó en Telefónica y compaginó los años de estudio con el trabajo porque era la época de la movida madrileña y su padre no quería darle dinero para que se lo gastase en eso. Le pagaba el colegio mayor, pero no las fiestas...”, bromea el empresario.

En 1993, Ruiz Reyes dejó la empresa privada y se trasladó a trabajar a la Universidad de Jaén. “No fue fruto de una vocación docente, sino por romanticismo. Su novia aprobó las oposiciones de Magistería y tenía que trabajar en Jaén”, explica Llavero, que continúa: “Es padre de tres hijos, hijo de un ingeniero de Santana y de una ama de casa, y una de sus aficiones es el deporte. Cuando era joven jugaba al balonmano, le gustan las artes marciales y también es un apasionado de las motos”.

Hizo la mili y fue cabo primero de la Legión. “Estuvo a punto de entrar en la Escuela de Oficiales de Zaragoza, pero el romanticismo hizo que eso no pasase. Nicolás Ruiz es un apasionado de la disciplina estoica”, manifiesta.

Llavero pone el acento en esas cosas “un poco raras” que tiene el rector de la Universidad: “Se ducha con agua fría y se baña en la piscina, también con agua fría, después de cenar. Como libros de cabecera tiene ‘El código del samurái. Bushido’ y ‘El arte de la guerra’. Marcan un poco su personalidad”.

También habla de la Sierra de Segura, otra de las pasiones de Nicolás Ruiz: “Es su retiro espiritual, donde disfruta de charlas con la gente autóctona y del cordero segureño”. “Nicolás no es un profesor o amante de la docencia, él siempre estuvo muy ligado a la investigación aplicada y a la gestión universitaria, donde ocu-pó diferentes cargos”, concluye Llavero.