Eva y Qué: “Siempre digo que yo no busqué la comedia, sino que la comedia me encontró a mí”

La cómica jiennense continúa llenando salas con su nuevo monólogo ‘Chominás’
La cómica jiennense Eva y Qué.
Nuria Fernández Luque

LA ENTREVISTA

Eva Martínez Lendínez, conocida como Eva y qué, es una jiennense que después de 16 años sirviendo copas en los bares de Jaén, un concurso de comedia le cambió el rumbo por completo. Descubrió que hacer reír era mucho más emocionante que llevar una bandeja y, además, se ganaba mejor la vida. Desde entonces, se ha consolidado como una de las humoristas más destacadas. La cómica volvió a su tierra el pasado jueves para llenar Salalapaca con su espectáculo ‘Chominás’, un monólogo con el que está recorriendo escenarios de toda España.

—¿Cuándo empieza su relación con el mundo de la comedia?

— Yo siempre digo que yo no busqué la comedia, sino que la comedia me encontró a mí. Nunca pensé que me dedicaría a esto. Siempre me ha gustado la comedia, me iba sola a ver monólogos en Jaén, pero jamás imaginé que terminaría subiéndome a un escenario. De hecho, estudié estadística, pensé en estudiar astronomía y hasta me preparé unas oposiciones. Trabajaba como camarera para pagarme los estudios y, un día, en el local donde trabajaba, organizaron un concurso de monólogos. Me convencieron, participé y finalmente gané.

—Su nombre artístico es Eva y qué. ¿De dónde surge?

—Es una historia curiosa. Al principio, en Jaén, usaba el nombre Eva y punto, porque mi padre siempre decía: “Esto es lo que hay, y punto”. Pero cuando llegué a Madrid, me dijeron que ya había un cómico que se llamaba Juan y punto. Entonces puse en Facebook que necesitaba cambiarme el nombre. La gente empezó a proponerme cosas y, entre todas las sugerencias, Gustavo Biosca me dijo: “Llámate Eva y qué”. Me pareció divertido, lo probé... y ahí se quedó.

—¿Qué temas disfruta más abordar en sus monólogos?

—Me gusta hablar de cosas que nos pasan a todos, pero que a veces no nos atrevemos a decir. Temas como el sexo, el cuerpo, nuestros defectos... Sobre todo disfruto riéndome de mí misma y ver cómo eso anima al público a reírse de ellos mismos también. Es como una terapia de grupo: reírnos de lo que nos incomoda para hacer la vida más llevadera.

—El pasado jueves, Salalapaca se llenó para disfrutar de su espectáculo ‘Chominás’. ¿Qué nos puede contar de esa noche?

—Fue una noche mágica. Llena de nervios, emoción, miedo y felicidad. No me esperaba para nada que todo lo que conté en Salalapaca fuera a gustar tanto. Era la primera vez que salía de mi boca 1 hora entera de anécdotas y chistes recién salidos del horno, y la respuesta fue mucho mejor de lo que podría imaginar. Tengo la suerte de que en Jaén el público siempre se vuelca conmigo, pero el jueves fue espectacular. Además, las cómicas que me acompañaron estuvieron increíbles.