Las cabañuelas pronostican una tregua en Jaén en forma de lluvia

La provincia tendrá un otoño pasado por agua y un verano bastante caluroso

01 sep 2019 / 11:20 H.

Buenas noticias para el campo. Dicen que no es una ciencia exacta, pero las cabañuelas cuentan con una tradición milenaria y los agricultores las miran de reojo cuando se trata de recoger el fruto en sus campos. Cuando se acerca el mes de agosto, llega el momento de pasar a la acción, cabañuelistas como Alfonso Cuenca, vecino de Quesada, se suben a lo más alto de las montañas para tomar sus anotaciones y pronosticar el tiempo que hará desde este mes de septiembre hasta el próximo verano. El proceso es el siguiente: del 1 al 12 de agosto, son las cabañuelas de ida, el 1 corresponde a septiembre y así hasta llegar al día 12. A la jornada siguiente comienzan las “retornas”, con una salvedad, se contabilizan al revés —el 13 corresponde al mes de agosto—. Así pasan las jornadas los expertos hasta que, llegado el 24, comparan datos para extraer las conclusiones finales. “Hay que subirse a un lugar bastante elevado y observar las nubes en el horizonte. Dependiendo de dónde venga el viento expresan una u otra conclusión. Además, es importante tener en cuenta las copas de los árboles y el tacto de las hojas para saber el grado de humedad, entre otras”, manifiesta Cuenca.

¿Y qué dicen las cabañuelas para el próximo año? Según el quesadeño, comenzará a llover a mediados de octubre y se mantendrá así hasta finales de diciembre, por lo que todo apunta a que el otoño estará pasado por agua en la provincia. La nueva década se estrenará con cielos despejados, pero durarán poco, pues el cielo se tornará gris para dejar algunas tormentas aisladas. Las lluvias abundantes volverán en febrero y serán menos intensas en el mes de la bienvenida a la primavera. Abril tendrá algo de agua las dos últimas semanas, pero las primeras secas y despejadas, lo mismo que pronostican para mayo, uno de los meses más secos según las cabañuelas. El verano volverá a ser bastante caluroso y tras hacer sus indagaciones, Alfonso Cuenca cree que junio y julio llegarán con algunas tormentas, mientras que agosto será bastante similar al de este año.

Por tanto, las principales novedades serán un otoño lluvioso, más tormentas que el año pasado, en el caso del verano, aunque con termómetros bastante elevados y una primavera estable, con algo más de inestabilidad en los meses de febrero y abril. “Es necesario destacar que existen posibles variaciones, puesto que en el caso de las tormentas puede que alcancen a unos municipios y no lleguen a otras zonas, ya que cada año es más complicado estudiar las cabañuelas y parte de esa responsabilidad recae en el cambio climático”, sentencia Alfonso Cuenca.

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TORMENTAS. Una de las novedades, según Cuenca, es la mayor probabilidad de que el cielo estalle en la provincia en forma de tormentas en verano.

estabilidad. La primavera, especialmente mayo, será una de las épocas más tranquilas del año.