La era del veganismo ha llegado a la provincia

Desde 2013 existe un colectivo de personas en Jaén cuya dieta se basa en productos de origen vegetal y con valores que pasan por defender los derechos de los animales

18 ago 2019 / 11:00 H.

Un estilo de vida al alza. El veganismo ha llegado y parece que para quedarse. Cada vez son más las personas que deciden reducir su consumo de productos animales hasta llegar a excluirlos totalmente de su dieta. Sin embargo, aún existe un alto grado de desconocimiento sobre este estilo de vida. Actualmente, se diferencian tres categorías: los veganos, que siguen una dieta basada completamente en productos de origen vegetal; los flexitarianos, apuestan por los beneficios de los alimentos de origen vegetal y pueden consumir ocasionalmente algo de carne y pescado y, por último, los vegetarianos, hasta ahora los más conocidos, comen además de vegetales, huevo y lácteos.

En el caso de los más estrictos, los veganos, aunque aún representan un porcentaje pequeño, han experimentado un crecimiento en los últimos años, algo que también ha ocurrido en Jaén. Desde 2013 existe un colectivo que agrupa a personas que un día decidieron dar el paso. Para ellos, hay algo esencial que la sociedad debe saber. “Ser vegano va mucho más allá de la dieta, es una postura política, una forma de entender el mundo y la lucha constante en defensa de los derechos de los animales”, asegura David Hinojosa, uno de los miembros del colectivo vegano de Jaén nada más comenzar la entrevista.

Además de unirse para compartir filosofía de vida, tienen una misión clara, romper mitos y acabar con la desinformación que existe en relación al veganismo. “Estamos abiertos para proporcionar información a cualquier interesado y especialmente concienciar a las personas de la realidad existente y la repercusión que tiene el ser o no vegano”, comenta Teresa Simarro, parte del colectivo. Para cumplir dicho fin, realizan diversas actividades a lo largo del año, tales como proyección de documentales, talleres de cocina temática o degustaciones de productos exclusivamente veganos. Ambos compañeros, en su lucha por concienciar sobre una situación que a ellos los ha llevado a reorganizar su dieta, coinciden en el “interés creciente” que existe en la sociedad jiennense por el veganismo, especialmente entre los más jóvenes, a los que definen como los “más sensibilizados con la realidad a la que se tienen que enfrentar los animales en su día a día”. Por ello, además de la dieta, intentan no consumir productos, como cosmética, ropa o artículos de limpieza.

Sin embargo, la ciudad aún se encuentra muy lejos de estar al nivel de otras zonas de España. Entre risas, ambos comentan que “Jaén es la única capital que conocen que no tiene aún un restaurante vegano”, aunque se muestran optimistas y creen que terminará por llegar, al igual que consideran que serán cada vez más, tanto en la provincia como en el resto del mundo.

Hinojosa y Simarro no dejan pasar la oportunidad y lanzan al aire cuestiones dirigidas a dos colectivos. Al sector crítico, ese que defiende que “toda la vida se ha comido carne”, les recuerdan que consumir animales es una opción, pero “las dietas veganas pueden ser igual de equilibradas y sanas”. Por otro lado, a todos aquellos cuyos valores los invitan al veganismo, dos consejo: “Que pidan información y que acudan a colectivos como el de Jaén para asesorarse y, por otro lado, que no se preocupen, el mito relacionado con la salud, esta no se va a ver mermada si se lleva una dieta equilibrada”. Satisfechos con su estilo de vida, Hinojosa y Simarro, junto al resto de compañeros de la capital y de otros lugares como Andújar o Linares, seguirán “luchando para intentar llegar al resto de la sociedad y dejar claro que el veganismo no es una moda”.

“Estoy muy seguro del paso que di hace 10 años”
David Hinojosa |
Miembro del colectivo y vegano desde hace una década.
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“Se trata de un proceso muy personal. Hay casos en los que de la noche a la mañana se da el paso y otros que necesitan un proceso más lento”, relata David Hinojosa, uno de los miembros del colectivo que decidió hacerse vegano hace una década. “En mi caso concreto fue largo y lo medité mucho, cada vez me sentía peor llevando el estilo de vida que tenía y me preguntaba si hacía lo correcto. Tengo que reconocer que me frenaba un poco el desconocimiento, la presión de mi entorno porque tienen miedo que puedas tener un problema de salud”, continúa. Sin embargo, cuando echa la vista atrás, reconoce que en repetidas ocasiones piensa “que debería haber dado este paso antes”.

“Es un estilo de vida asociado a unos valores”
Teresa Simarro |
Miembro del colectivo y vegana desde hace seis años.
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Su pasión por los animales, especialmente por perros y gatos, la llevó a plantearse optar por un sistema de vida diferente. “Comenzó a ser voluntaria en una protectora, siempre ha empatizado mucho con ellos y mi compromiso de defender sus derechos fue cada vez a más, por lo que llegó un momento en el que veía incoherente llegar a casa y tomar una hamburguesa, por ejemplo”, relata Simarro sobre su experiencia personal. Como a muchos otros, al principio “le daba miedo porque parece algo imposible poder dejar atrás hábitos tan implantados en las sociedad”. Por ello, comenzó a dejar determinados alimentos hasta que un día decidió que no volvía a consumir nada procedente de los animales.