Unas 2.200 llamadas al año

Coordinadora de grupos

16 jun 2019 / 11:32 H.

Los miércoles, los sábados y los domingos son los días de la semana que el Teléfono de la Esperanza recibe más llamadas. En total, el pasado año fueron 2.238, según afirma la presidenta de la ONG, María Cazalilla. A lo largo de los meses sube y baja el número según el año, y por ejemplo en diciembre se registraron 201, y en el que más hubo fue en octubre. “La gente recurre a la ONG sobre todo por la soledad, pero también por el duelo no solo de muerte, sino también de trabajo. De hecho, durante la crisis económica tuvimos muchas llamadas. También hay gente muy preocupada por los problemas de los hijos, en la mayoría de los casos porque han terminado de estudiar y se sienten que no tienen salidas laborales. Con respecto al perfil, entre los 46 y los 55 años llaman más las mujeres, mientras que entre los 56 y los 65 lo hacen los hombres. Lo mismo ocurre en los tramos de edades más tempranas, entre los 16 y los 35 años. “Cuando llaman lo hacen como de puntillas, pero cada vez entran más”, indica Cazalilla.

Para prestar la mejor atención posible a las personas que llaman, es fundamental la formación de los voluntarios, tanto la inicial como la que realizan todos los meses sobre temas de actualidad. “Ahora, por ejemplo, estamos retomando el tema de la medicación, porque notamos que casi todas las personas que llaman toman ansiolíticos y otras pastillas, así que hemos recibido un curso sobre fármacos. Así, cuando te dicen lo que toman ya sabes un poco mejor cómo actuar en la llamada”, afirma Cazalilla.

Pero aparte de la formación que tienen interna, el Teléfono de la Esperanza también ofrece cursos que están abiertos a la ciudadanía, y que entre otras muchas cuestiones tratan sobre la autoestima, la alegría de vivir, la formación positiva, el duelo, el maindfudmess, el yoga, el control de estrés y ansiedad o cómo vencer la dependencia emocional. “Están abiertos para quien lo necesite en general”, indica.

Y es que la ONG ha abierto su campo de actividad, por lo que también incluye otras iniciativas. Entre ellas las encaminadas a darse a conocer. Por ejemplo, recientemente estuvieron en la Universidad de Jaén mostrando el trabajo que realiza la ONG. “Y nos llevamos una gran sorpresa cuando vimos que sí que le interesábamos a mucha gente y sobre todo a los que estudiábamos Enfermería, por lo que estamos muy volcados con esto”, argumentó.

También firmaron con la Universidad de Jaén un trabajo de emprendimiento que se denomina “Empatiza”. “Nosotros fuimos allí, nos presentamos y les dijimos lo que necesitábamos, y amablemente hicieron un trabajo espectacular sobre las redes sociales, con la actualización de las que teníamos en marcha para llegar a los ciudadanos, que es el fin nuestro”, indicó.

En el caso de los mayores, firmaron hace poco más de un año un convenio de colaboración con el Ayuntamiento, de tal forma que les derivan algunas personas a las que desde el Teléfono de la Esperanza llaman para realizarle un seguimiento un acompañamiento. “Estamos muy contentos de esta nueva colaboración, porque son personas que están solas, con las que nos ponemos en contacto una vez a la semana, y vemos si están bien, si les cambia la voz... algo muy básico ahora mismo, pero estamos entusiasmados y confiados en que llegue a más gente”, dijo Cazalilla. Por el momento tienen a pocas personas porque, especifica, todavía se encuentran en conversaciones con los centros de asuntos sociales de la capital. “El objetivo es que ellos que conocen la soledad en barrios como La Magdalena, el Polígono del Valle, San Felipe, el Bulevar o Peñamefécit, a las personas que necesitan esa compañía, nos manden a quienes consideren oportuno”, indica. En la actualidad trabajan con Cáritas de La Merced, con la intención de que una vez que termine el verano plantear esta nueva colaboración con más centros. “Tradicionalmente el Teléfono de la Esperanza ha estado para recibir llamadas, por lo que ahora lo que tratamos también es de ampliar un poco la cobertura que se va necesitando y que la ONG no se quede obsoleta en un mundo cada vez más tecnológico y más marcado por la soledad”, apunta Cazalilla.

Una ONG, así, que mantiene su esencia, que es la de permanecer al lado del teléfono para atender a todas aquellas personas que, desde el otro lado del auricular, les hacen llegar sus inquietudes y necesidades. Pero que trabaja para, dentro de sus posibilidades, adaptarse a los nuevos retos de la sociedad e intentar llegar cada vez a más gente a través del establecimiento de nuevas vías y convenios de colaboración.

“la prevención es crucial”