Yusuf Baha reza desde La Carolina por sus hermanos turcos

“Fuerza para Turquía y Siria”, escribe en un cartel tras hablar con Diario JAÉN y visionar vídeos que le envía su primo Ali Raza Batur desde la zona devastada por el terremoto

08 feb 2023 / 11:05 H.
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Drama, desesperación e impotencia. Entre estas sensaciones se debate Yusuf Baha Batur, de 21 años, nacido en la ciudad turca de Kütahya. Desde hace un año reside en La Carolina, pero toda su atención esta ahora puesta en su país, en su tierra, en los suyos, tras el impacto tremendo de la noticia del terremoto en Turquía y Siria, de 7,4 grados en la escala de Richter, que ha dejado ya más de 8.700 fallecidos. Yusuf Baha reconoce en conversación con Diario JAÉN que desde este lunes prácticamente no ha podido dormir: “Solo me llegan notificaciones del terremoto y estoy en contacto continuo con mi familia. Mis padres están a 1.000 kilómetros de distancia de la zona afectada, pero ellos también han sentido el temblor”. Y añade: “Mi primo todavía se encuentra bajo los escombros en Gaziantep y no sé cómo está, después tengo dos primas que han huido de Siirt, porque las réplicas pueden destruir edificios dañados y es peligroso”.

Yusuf siente, en esta difícil situación personal, el apoyo de su familia española: “Mi pareja y su familia me están dando mucho apoyo psicológico”. A 4.353 kilómetros de distancia de su tierra, el joven turco siente, más que nunca, el peso de la impotencia: “Quiero ayudar, quiero enviar dinero, ropa, cualquier cosa, pero desde aquí solamente puedo rezar por mi primo y mi familia. Resido en La Carolina, pero mis cinco sentidos están en Turquía”. La ayuda internacional se ha puesto en marcha desde el primer momento y, con ella, la de España. Lo van a necesitar en las zonas afectadas. Una muestra de la devastación está en los vídeo que le ha enviado otro de sus primos, Ali Riza Batur y que han grabado amigos suyos junto a los escombros en la ciudad de Gaciantep, donde temen por su otro primo. O el estado de un edificio de pisos en la ciudad de Adana. Y la fe de un turco que reza con el Corán abierto bajo la estructura de otro edificio en la ciudad más afectada, Kahramanmaraş

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