Yo tenía una casa en Los Centenares...

La larga historia de la familia Guijarro y su lucha por conservar la casa de sus ancestros en la aldea de Santiago-Pontones

17 feb 2023 / 07:30 H.
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Impotencia, desesperación y frustración. Es una mezcla que puede invitar a la rendición. Pero hay personas que sacan fuerzas donde no las hay para intentar superar adversidades, por muy complicadas que se presenten. En este caso se le puede atribuir a la lucha que mantiene desde hace más de cuarenta años Enrique Guijarro —que actualmente vive en Valencia—, su mujer Vicenta Romero y su familia. Quieren mantener la propiedad de su casa de toda la vida en la aldea de Los Centenares, que pertenece al municipio de Santiago-Pontones. La de Los Centenares es una vivienda que, detalla Guijarro comprobando libros que documentan la existencia de esta aldea ya por el siglo XVIII, puede tener unos trescientos años de antigüedad. En el año 1951 se publicó en el BOE una expropiación por la cual los vecinos de las aldeas cercanas al cauce del Guadalquivir, como Las Canalejas, Mireabete, La Higuera o Los Centenares, debían abandonar sus casas. Se ejecutó en varias fases y la última afectó a la casa de la familia Guijarro en 1979. Enrique explica que su padre decidió no aceptar la conformidad de cobro hasta en dos ocasiones “al no medirle unas fincas que también poseía”. En los años 90 lograron registrar la escritura de su propiedad, pero el 14 de noviembre de 2018 se inició un expediente por “ocupación de una vivienda, de forma ilegal y vallando frente a la misma que nosotros ni pusimos”.

Después de presentar varios recursos, una sentencia de los Juzgados de Jaén tras el juicio celebrado en el mes de abril del 2022, desestimó las pretensiones de los Guijarro Romero y tuvieron que acatar el abandono de la casa: “Además, también tuve que pagar una multa de 2.200 euros”, lamenta Enrique. Actualmente están consultando con sus abogados la estrategia a seguir para no perder definitivamente una casa a la que acudían durante los meses de primavera y verano, y que además tiene un gran peso sentimental: allí reposan los recuerdos y vivencias de sus ancestros.

En detalle

Candado. En mayo de 1993, cuando la familia acudió a su casa de Los Centenares, se encontró, según Guijarro, con la oposición de unos agentes forestales que no les dejaron pasar: “Al final pudimos acceder a la casa, pero nos dejaron sin candado”. Al día siguiente, el problema se agravó: “Se presentó la Guardia Civil y les enseñamos la escritura de la vivienda y, a la tarde, nos dijeron que fuéramos al puesto de Cazorla para hablar con el responsable de allí”. Al hilo de este episodio, añade: “Les presentamos los documentos y nos reconoció, literalmente, que les habíamos colado un gol a la administración”.

Desvelado. A raíz de la última sentencia, el propio Enrique Guijarro reconoce que su estado de salud ha empeorado: “Todos los días me despierto a las 3 de la mañana. Estoy indignado y este asunto me va a costar media vida. Me siento atropellado, pero mientras me quede una gota de sangre en mis venas seguiré luchando por mi casa, porque es mía”.



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