Y que viva la bella España

Sentimiento patriótico. El Bar Casa Antonio de La Cerradura es conocido en muchos lugares por tener en sus dominios una de las banderas de España más grandes de la zona. Sin embargo, su dueño, César Hermoso, ha querido dar un paso más y decidió renovar la insignia, que ahora será la más grande Jaén, con una extensión de 37 metros cuadrados. El relevo se hizo en una jornada muy especial para el dueño y los más de sesenta asistentes que se dieron cita en el restaurante. El motivo fue la presencia de Manuel Guiote, quien fuera jefe de la Brigada de Sanidad (Brisan) del Ejército de Tierra de España y uno de los grandes protagonistas del acto.

Para entenderlo hay que remontarse meses atrás, cuando Guiote participó en unas jornadas sobre medicina y terminó cenando en Casa Antonio. El carácter amigable del dueño del restaurante y del militar, que actualmente forma parte de la reserva, provocó que se enzarzaran en una conversación hasta que salió al descubierto un dato sobre el mástil donde se alza la rojigualda, y es que este perteneció al Hospital Militar de Granada hasta su cierre. Esta conversación derivó en una promesa del militar en la que le “aseguró a Hermoso” que algún día le llevaría una placa y, ese momento, llegó. Con la emoción presente en el ambiente, el dueño del restaurante fue el primero en tomar la palabra para contar esta historia, además de presentar y agradecer la participación de Guiote. En su turno de palabra, el militar destacó que “actos así sirven para promocionar y dar a conocer la labor y el papel de las fuerzas armadas”, tan importantes en la sociedad, y remarcó: “La seguridad es una cosa que nos incumbe a todos”. Unas breves palabras que acabaron con la imposición de la placa sobre el mástil ante el aplauso unánime del público.

No fue el único momento intenso que se protagonizó en La Cerradura pues, a continuación, la bandera más grande de Jaén fue descubierta por los hombres y mujeres presentes en Casa Antonio para izar este emblema entre todos bajo el grito de ¡Viva España! Tras este gesto simbólico la nueva enseña comenzó a elevarse sobre el mástil hasta el cielo para ocupar el que será su lugar en los próximos años, al menos hasta que el dueño adquiera otra más grande, que es una de sus intenciones. Tampoco faltó la canción de Manolo Escobar “Que viva España”, una melodía capaz de emocionar a muchos por lo que hubo incluso quien se decidió a bailar el pasodoble. Tras ambos actos, los invitados brindaron por el bonito encuentro y degustaron un almuerzo en Casa Antonio, mientras la bandera se agitaba en el fresco y puro aire de La Cerradura.