Y la Señora volvió a lucirse

Hermosa imagen rebosante de fe. Desde bien temprano comenzó el ajetreo en Monte Lope Álvarez con el camino hacia la ermita, conocida como el paraje Mingo Yustre, donde se llevaría a cabo la romería en honor a la Virgen del Carmen, muy venerada en el municipio y en los alrededores. Durante el trayecto, se empezó a gestar un ambiente que reinaría durante toda la jornada y que sembraría de alegría los campos del lugar. Al llegar a la ermita, los presentes acudieron a la iglesia para compartir unos momentos de oración durante la eucaristía. Una vez concluida, algunos de los estómagos comenzaron a crujir, señal de que había llegado el momento de preparar las mesas y abrir una refrescante bebida, puesto que el calor también fue otro de los protagonistas de la romería. Los romeros compartieron varias horas en las que la devoción a la Virgen estuvo presente, pero también las bromas y la alegría propias de una festividad romera. Una vez que la tarde avanzó, se entregaron los trofeos a las carrozas y caballos participantes, para agradecer de esta forma el cariño y trabajo mostrado durante varias semanas. “Hay mucha alegría durante toda la jornada, y entre todos, creamos un ambiente único cada año”, comentó José Antonio González, el alcalde pedáneo.

Y, entonces, llegó la hora de volver a partir hacia casa. Los romeros cogieron sus aperos y tomaron el rumbo a la iglesia, donde se pone fin a la romería de la Virgen del Carmen de Monte Lope Álvarez pero no así a el amor que sienten por su talla, que recibe continuas visitas durante todo el año. Así, se volvió a escribir unas nuevas líneas en la historia de esta tierra.