El cuerpo de Cristo recorre las calles del municipio

Los vecinos acompañan la procesión del Corpus después de engalanar todos y cada uno de sus rincones

24 jun 2019 / 13:29 H.

Villacarrillo brilló en el día de la celebración del Corpus Christi con una procesión de Jesús Sacramentado a la altura de una ciudad de gran tradición eucarística. La festividad goza de una importante proyección que atrae cada año a centenares de visitantes. Los vecinos de nuevo se han unido en torno a la preparación de ornamentos y decorados para hacer de sus calles marcos especiales para el paso de la custodia que porta el “cuerpo de Cristo”.

Tras la celebración religiosa, poco después de las 19:30 horas salió a la calle la comitiva procesional encabezada por los niños y niñas que este año han realizado su Primera Comunión. Tras ellos, asomaba entre pétalos el trono con la custodia que albergaba a Jesús Sacramentado desde la plaza del “Poeta José García Nieto”, también conocida como “Puerta del Sol”, junto a la que se alza la espectacular torre del campanario de la Parroquia de la Asunción. La custodia comenzó su recorrido procesional entre adornos colocados en las últimas horas por vecinos y colaboradores de la parroquia, y avanzó por los ruedos de la iglesia en calle Don Ambrosio hasta llegar a las puertas del centro parroquial. El acompañamiento sonoro eucarístico de la Agrupación Musical “Cristóbal Marín” se mezclaba con el repique de las campanas de esta iglesia de Vandelvira. La comitiva continuó por la calles San Fernando, Goya y Méndez Núñez, donde en el suelo predominaba una alfombra verde en la que se colocaron adornos hechos con serrín, simulando un cáliz y varias palomas. La ornamentación se completaba con macetas de barro, palmas verdes, balcones vestidos de blanco, rematados con mantillas y una serie de arcos donde predominó el color amarillo, que le dio mayor espectacularidad a este tramo. La segunda parte de esta calle cambiaba su fisonomía, predominando sobre la juncia triturada una alfombra verde que previamente había sido adornada con elementos de barro y plantas.

Tras pasar junto a la Plaza de San Luis, la procesión se adentró en la calle San Rafael, en la que la alfombra fue construida con piedra blanca y serrín, y, en su parte superior, por una fina cubierta elaborada con telas simétricas. En los laterales se colocaron adornos con útiles antiguos de cocina en barro.

Una vez llegado a la altura del inicio del paseo Santo Cristo, la procesión comenzó el descenso por la calle Canalejas hasta llegar a la altura del convento de las Hermanas de la Cruz, punto en el que comenzó un tramo inédito en la procesión del Corpus. Sobre una alfombra elaborada con diversos materiales destacaba la reutilización de cajas de frutas en madera, que fueron perfectamente adaptadas para servir como mesita de ofrenda en la que se colocó el pan y el vino, junto a sus materias primas cómo son las uvas y espigas de trigo. Junto a ello se instaló un pequeño escenario en el que se recuperó el baile de los seises después de veinte años, que interpretaron diez niñas de la Iglesia de San Francisco de Asís.

Después de abandonar la calle Ramón García del Valle, la procesión entró en otra vía inédita, la calle Perales, bellamente engalanada con una bonita alfombra simétrica en la que se había colocado una serie de flores hechas a mano. Para la parte superior se eligió una colgadura combinada entre granate y blanco. Un pequeño altar con la foto de Juan Vicente Navarrete recordó a una de las personas que ha trabajado más para engrandecer el Corpus de Villacarrillo.

La procesión continuó por las engalanadas calles Ministro Benavides, Guadalquivir, Feria y Andrés Segovia antes de alcanzar de nuevo los ruedos de la iglesia. Antes de acceder con Jesús Sacramentado al interior de la misma, se realizó la tradicional bendición ante los asistentes. Destacó el esfuerzo de las cofradías de la ciudad, que a lo largo de todo el recorrido construyeron diversos altares con motivos propios.