Vídeo resumen: Pasacalles con música y dulces en Mancha Real
Los niños disfrutan en sus respectivos colegios con bailes junto con maestros y autoridades
Fue e mejor comienzo posible a un fin de semana lleno de alegría, fiesta y emociones. Este es el ambiente que se vivió ayer en Mancha Real con el primero de los muchos actos que abarca la celebración de la Falla, una fiesta declarada de interés andaluz y que tuvo su origen hace 39 años, cuando el gremio de los carpinteros comenzó a celebrar la festividad de su patrón, San José.
Esta tradición ha pasado de generación en generación y ahora, los días cercanos al 19 de marzo se esperan con mucha emoción entre los mancharrealeños. Ayer, de hecho, se dio el pistoletazo de salida en la Plaza de la Constitución con la celebración del Pasacalles de los Cabezudos —que, como anécdota, no hubo—. En ese punto de partido estaban los usuarios del Centro Magdalena Pulido de Aprompsi, quienes fueron los primeros en saborear los dulces que se repartieron. Al ritmo que marcaban la música de diana interpretada por la Tropical banda, el equipo de Gobierno municipal, con su alcaldesa, María del Mar Dávila, a la cabeza, iban repartiendo dulces típicos del municipio, como gusanillos, tortas de aceite, rosquillas, bizcochos o dulces rellenos de chocolate, entre muchos otros, a cualquier vecino que se encontraba en las calles o pasaba por donde transitaba la orquesta. Pero sobre todo era una mañana para hacer felices a los más pequeños. Así, la primera parada del recorrido tuvo lugar en el colegio Sixto Sigler, donde los alumnos no podían contener las ganas y ya esperaban tras la valla la entrada de esos anhelados dulces. Los productos volaban de las cajas y las bandejas y, una vez que tanto alumnos como maestros tenían sus dulces, era el turno de la música.
Los componentes de la Tropical Banda tocaban todo tipo de canciones para hacer bailar a todos en el patio, incluida “Había una vez un circo” o la conocida canción de Georgie Dann “La Conga de Jalisco”, bajo cuyos sones los niños hilaron una larga fina para bailar al compás de la música, incluida la propia María del Mar Dávila. Pero el pasacalles prosiguió su curso y, ya fuera en la puerta de cualquier domicilio o comercio, había personas esperando para poder degustar estos productos especiales. También se bailó en la calle. Así lo hizo la concejal Ana María Pulido con varios niños que aguardaban sentados en un banco.
El segundo colegio donde hizo su parada el pasacalles fue el San José de Calasanz y, el tercero, en el colegio San Marcos.